PACHUCA.- Quienes frecuenten el centro histórico de la ciudad de Pachuca seguramente verán algunos edificios antiguos y de ente ellos, en un conocido banco, tiene una curiosa anécdota porque antes, muchos años atrás, fue considerado como el primer teatro que fue construido y del que te hablamos a continuación.
De acuerdo con Juan Manuel Meneses Llaguno, cronista de Pachuca, todo comenzó producto del crecimiento y bonanza que experimentó la urbe en la década de 1850 cuando hubo grandes transformaciones por la explotación de las minas que volvió a algunas familias muy ricas, o bien, a trajo a otras acaudaladas.
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Una de ellas fue la de Agustín Cárdenas, un empresario minero y afamado comerciante de quien se dice gustaba de las artes, principalmente las escénicas, por lo que haciendo uso de su fortuna decidió poner manos a la obra para construir el primer teatro del que se tenga memoria en la ciudad, sin saber lo que le esperaba.
Como primeros pasos, el señor se dirigió con la familia Lailson a quien le dijo su deseo de comprar un solar ubicado en el costado norte de la plaza Independencia, para ese entonces llamada De las Diligencias; exactamente, el terreno elegido fue en la esquina que se hace con la ahora calle de Allende.
Este fue el nombre del primer teatro de Pachuca
La inversión de Agustín Cárdenas fue de 80,000 pesos de aquel entonces, pero que le sirvieron para construir el primer teatro de Pachuca que consistió en una sala de buen tamaño equipada para dar capacidad así a unas 100 personas, quienes estaban ansiosas de poder disfrutar de un arte nunca visto antes localmente.
Al parecer, citó Juan Manuel Meneses Llaguno, los trabajos del edifico fueron concluidos a principios de 1860, ya que para el año siguiente ya se daba noticia de su existencia con el anuncio de 3 compañías de ópera y una de teatro que iban a presentarse en aquel lugar, que su dueño escogió como nombre El Progreso.
Adentro, se contaba con vestíbulo de modesta decoración, taquilla, guardarropa, ternos de sillones circulares, puertas con gruesas cortinas para la distribución de los espectadores, foro con espacio para orquesta y piano, así como iluminación rudimentaria con lámparas de aceite y paredes reflejantes.
La fachada por su parte, de acuerdo con un viejo daguerrotipo logrado en 1875, era muy sencilla, pues carecía de ornamentos detallados para dar paso a la cantera con la que fueron revestidas las columnas y jambas de las 2 puertas de acceso y 3 ventanas en un segundo piso, donde se alojó la oficina de su propietario.
Estos actos trascurrieron
Aunque no hay registros de presentaciones artísticas, hay al menos 2 actos que son muy significativos en el teatro siendo uno la inauguración del Instituto Literario y Escuela de Artes y Oficios el 3 de marzo de 1869 y luego el informe y despedida del primer gobernador Juan Crisóstomo Doria en mayo de igual año.
¿Un inmueble maldito? Casi lleva a la ruina a una familia
Tras años de lo que se describe como gloria, el teatro El Progreso dejó de operar en 1880 y para 1885, o 1886, cita la información disponible, finalmente cerró, no sin antes casi llevar a la ruina a la familia que lo mantuvo por varios años y ante ello los herederos decidieron hacer un procedimiento para enajenar el inmueble.
Don Eusebio del Cueto señor abrió en 1921 la tienda El Genio Mercantil, que posteriormente se convirtió en depósito de la cervecería Cuauhtémoc y para mediados de la década de 1940 el lugar que alguna vez fue el primer teatro de Pachuca se transformó en la central camionera con alta afluencia.
Finalmente, ya en 1970, fue levantado el edificio que hasta ahora alberga un conocido banco en lo que se conoce actualmente como la esquina norte de la plaza Independencia y la calle de Allende, ese que en cada quincena tiene colas de usuarios esperando poder cobrar su dinero bajo los rayos del Sol.
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