PACHUCA.- ¿Quién recuerda a Bonifacio Núñez? Este árbitro del futbol mexicano reconocido por tener un carácter fuerte y recordado por aquella ocasión en que salió a la cancha para pitar un partido oficial con una pistola enfundada en los shorts. Es él, orgullosamente originario de la capital hidalguense Pachuca y quien siempre soñó con ser beisbolista, pero la vida lo llevó tras otro balón.
Bonifacio Núñez Vega nació el 14 de mayo de 1946 (78 años de edad a la fecha) en Pachuca, Hidalgo. Desde muy corta edad presentó el gusto por el béisbol declarándose fanático de los Yanquis de Nueva York y los Diablos Rojos de México. Su idea era ser beisbolista, representó a Hidalgo en una competencia nacional de béisbol y viajó a la Ciudad de México en busca de consolidar su sueño.
La vida en la capital del país, le cambió el destino. Juan Luis Bonifacio (como dice su fe de bautismo, y solo Bonifacio en el acta de nacimiento) comenzó a sumergirse en el mundo del futbol llegada su adolescencia. Como futbolista disputó un campeonato nacional. Fue en este mundo futbolero donde Boni, como le llamaban, encontraría la pasión que lo mantendría presente por más de una década.
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¿Y el arbitraje?
En las entrevista con los medios deportivos, Bonifacio Núñez recuerda siempre cómo el destino lo llevó a convertirse en un juez futbolero, y uno reconocido por ser implacable, duro y controversial. Según relata, a los 20 años de edad, Bonifacio jugaba para un equipo llamado Atlas de la liga de la Unidad Morelos del IMSS. En ese entonces, jugaba como delantero y en uno de los partidos tuvo su primer acercamiento con el arbitraje al ser expulsado.
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El motivo fue una actitud antideportiva, “una mentada” a otro jugador, pero la inquietud de saber si estaba o no reglamentada, llevó a Bonifacio a leer las reglas del futbol y entonces se sintió empoderado para debatir contra los hombres de negro en la cancha. Un día, en uno de los partidos faltó un árbitro y él, por su conocimiento tuvo la oportunidad de pitar. La satisfacción al final fue tal que decidió dedicarse a ello.
Bonifacio Núñez le tomó gusto al arbitraje y debutó como juez de línea en el año 1976. En 1977, fue considerado el mejor juez de línea de la temporada. En 1980 debutó en el máximo circuito de México en un partido UDG contra Atletas Campesinos. Recibió el Silbato de Oro, en 1993, por ser el mejor árbitro de la temporada 92-93, por parte de la Comisión de la Comisión de Arbitraje de la FMF.
Silbatazo final
Boni se convirtió en un juez estricto, dedicado a que los jugadores cumplieran y respetaran las reglas. Y aunque no utilizaba muchas tarjetas, él encaraba a los jugadores y se mantenía firme en sus decisiones. Se retiró del arbitraje profesional en un partido América-Cruz Azul, celebrado el 24 de marzo de 1996. Tras su retiro, Bonifacio comenzó a trabajar como como comentarista deportivo en varias cadenas televisivas. También es columnista en medios, siempre marcando su estilo polémico y recio en el futbol.
El silbato y la pistola
Boni será recordado en el futbol mexicano como un árbitro de carácter fuerte y aunque destacan muchas anécdotas la imperdible es aquella cuando terminó pitando un encuentro con una pistola resguardada en su short. Esto ocurrió durante una semifinal de Copa en la Liga Interestatal, la cual se jugaba en la Ciudad de México, DF en aquel entonces; duelo entre la Colmena y San Ildefonso.
Como se trataba de un “partido caliente” entre dos comunidades, el árbitro recibió amenazas en el vestidor. Según como lo cuenta a la prensa, aquella vez previo al partido un grupo de personas le apuntó con una pistola a la altura del estómago y le pidieron que diera el triunfo a San Ildefonso. El árbitro pachuqueño dijo que para salir de la situación se acercó con los equipos, pidió los registros de cada jugador y que le entregarán la pistola o se habría consecuencias.
Los jugadores para evitar represalias obtuvieron el arma y se la entregaron a Bonifacio, él le quitó las balas y se las dio a una señora que vendía bebidas en las canchas. Pero la pistola la metió en el short y salió a pitar así. Al finalizar el partido, una vez que las cosas se calmaron y estuvo a salvo su vida, Boni entregó la cédula arbitral y la pistola.
jgp