El Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada es una propuesta espiritual incluyente, crítica y transformadora que busca resignificar la fe católica desde las bases, tejiendo redes de reflexión, liderazgo y acompañamiento espiritual con enfoque a la comunidad LGBTIQ+, queer y feminista.
El proyecto nació formalmente en 2014 con un grupo coordinado por cinco integrantes en Ciudad de México y Pachuca, para lograr un espacio de ciberactivismo ante la falta de eco en otras iniciativas, el activismo digital dio paso a una necesidad urgente: acompañar espiritualmente a personas LGBTIQ+ que viven en situación de vulnerabilidad.
“Lo que hacemos es brindar herramientas para que esta reflexión teológica no sea propiedad exclusiva del clero o de algunos grupos de poder, sino de todos aquellos que creemos en una divinidad”, afirma Miguel Ángel Aguilar, uno de sus integrantes.
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En el contexto del Mes del Orgullo, sus palabras resuenan con fuerza: “Así como estas calles, como este país, como este mundo nos pertenece, también la fe. Creer en lo que se nos dé la gana y vivir una espiritualidad también es un derecho. No estamos pidiendo aceptación; exigimos que no se nos odie, que no se nos asesine, que no se nos condene por discursos que no tienen nada que ver con Dios, sino con una tradición hegemónica y patriarcal”.
El Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada realiza reuniones virtuales quincenales para orar, compartir reflexiones y organizar su participación en marchas y manifestaciones. Aunque su espiritualidad se enmarca en el catolicismo, son abiertos al diálogo interreligioso y colaboran con colectivos afines para canalizar acompañamientos o derivar a quienes buscan otras expresiones de fe.
Desafios
El coordinador Eduardo Andrade Madrigal reconoce que existen desafíos que incluyen el rechazo de la propia comunidad LGBTIQ+.
“Desde que nacimos ha sido complicado. No somos bien recibidos, ni por la comunidad LGBT ni por la católica. Es entendible, por toda la violencia que la comunidad ha recibido de las instituciones religiosas, pero lo que buscamos es justo eso: romper la idea de que la religión le pertenece solo a las instituciones”.
Como parte de su labor han generado acercamientos con obispos, puntualmente en la Ciudad de México, para plantear distintos temas de interés: apertura a la ideología de género, matrimonio igualitario y discursos de odio, por mencionar algunos.
“ Cuando ellos tienen esta disposición de verdad, se generan espacios muy bonitos logrando diálogos que muchas veces hasta a los mismos obispos les sorprende".
Los coordinadores afirman que en medio de un mundo donde el discurso religioso muchas veces ha servido como arma para excluir y oprimir, el Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada apuesta por una espiritualidad que dignifica, abraza y lucha. En el Mes del Orgullo, su mensaje es claro: la fe también es un territorio por conquistar.
“Nuestro interés es que las personas puedan enterarse de este tipo de espacios donde se puedan sentir libres y vivir su fe sin ningún tipo de prejuicio, sin ningún tipo de violencia, siempre sintiéndose bienvenidos, seguros y acompañados. Queremos que nos conozcan y participen”.
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