ARTE

Artesanas de Huazalingo, con cada puntada mantienen viva una tradición

Este arte, transmitido de abuelas a nietas, enfrenta hoy el desafío de la modernidad. Las nuevas generaciones, atraídas por la tecnología, a veces olvidan la belleza y el valor de estas tradiciones

Créditos: Verónica Angeles
Escrito en HIDALGO el

Ana Leslie Cruz Martínez, una joven artesana de 29 años, nos abre las puertas a este mundo de hilos y colores, donde cada puntada cuenta una historia. La ropa típica de San Francisco, Huazalingo, con su rojo intenso y diseños intrincados, son mucho más que prendas; son la voz de una comunidad, la herencia de generaciones.

Ana Leslie nos explica, la ropa tradicionalmente es usada por personas mayores, varían en diseño y calidad, dependiendo de la habilidad de cada artesana y los deseos de cada cliente. La tela base es la manta, sobre la cual se dibuja el diseño, a veces utilizando cuadrillé para lograr simetría. Se utilizan principalmente los colores vibrantes, como el rojo, rosa, fucsia y azul, resaltan sobre el blanco de la tela, pero lo que realmente distingue cada pieza es la puntada, única para cada artesana.

“Es un traje típico de la comunidad de San Francisco y de nuestro municipio de Huazalingo, pero es uno de los más costosos se podría decir, porque varía por la calidad de artesanía que realiza cada artesana independientemente del diseño que pide cada persona”, expresa.

Este arte, transmitido de abuelas a nietas, enfrenta hoy el desafío de la modernidad. Las nuevas generaciones, atraídas por la tecnología, a veces olvidan la belleza y el valor de estas tradiciones. Ana Leslie, junto con otras artesanas, se esfuerza por mantener vivo este legado, enseñando a las más jóvenes y buscando espacios para dar a conocer su trabajo.

“Nosotros queremos preservar porque las nuevas generaciones ya no tienen ese mismo interés y básicamente de los que aún tenemos esta iniciativa de querer preservar algo, pues que quede en nosotros y que así nos motivemos para que lo demos a conocer más que nada”, mencionó.

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Hasta un mes para elaborar una prenda

A pesar de llevar poco tiempo dedicándose a la artesanía, entre cuatro y seis años, Ana Leslie reconoce el arduo trabajo que implica. Una sola blusa puede llevar de 15 días a un mes de dedicación. Cada pieza es personalizada, tomando en cuenta las medidas del hombro, busto y espalda de la persona que la portará. Los precios varían, desde 500 a mil 500 pesos, reflejando el tiempo y la calidad del trabajo.

El traje típico de San Francisco, Huazalingo, incluye una enagua (falda), un delantal, y un rebozo, todo ello bordado. Cada diseño es exclusivo, pues se miden los hombros, el pecho y la espalda de la persona que portará la artesanía, ya que su elaboración es por partes y al final se une en una pieza.

Para Ana Leslie, éste no es sólo un oficio, es una forma de vida, una manera de conectar con sus raíces y de generar un ingreso para su familia. Su mayor anhelo es que el bordado típico de Huazalingo no se pierda, que siga siendo parte de la identidad de su comunidad y que las nuevas generaciones lo valoren y lo continúen. Con cada puntada, Ana Leslie y sus compañeras artesanas tejen el alma de Huazalingo, manteniendo viva una tradición que merece ser celebrada y preservada.

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