Pachuca.— La Subsecretaría de Protección Civil de Hidalgo mantiene activo el operativo de atención a la emergencia en la Sierra Otomí-Tepehua, luego de las lluvias registradas durante la noche del domingo, que generaron nuevamente material de arrastre y algunos deslaves menores en caminos previamente limpiados.
Román Bernal, titular de la dependencia, informó que no se registraron afectaciones graves a la población, aunque el paso de las lluvias provocó escurrimientos y acumulación de lodo en vías de acceso, principalmente en municipios de la Sierra Alta, donde persisten los trabajos de limpieza y vigilancia.
“Estamos en un proceso de atención de la emergencia con dependencias federales, estatales y municipales. La lluvia no generó afectaciones mayores, más allá del material de arrastre que volvió a ensuciar caminos. No hubo daños directos a la población”, afirmó.
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Monitoreo en la sierra hidalguense
Bernal descartó que por el momento exista la necesidad de evacuar comunidades, aunque precisó que el monitoreo se mantiene activo ante posibles deslizamientos de tierra o crecidas de ríos.
“Hasta ahora no se ha determinado la evacuación de alguna comunidad. Después de las lluvias hemos hecho un análisis y estimamos que la situación está bajo control. Sin embargo, todos los municipios cercanos a las cuencas o a zonas de elevaciones presentan cierto grado de riesgo”.
Asimismo, adelantó que, una vez superada la fase de atención inmediata, se realizará una evaluación de daños y riesgos, con el fin de determinar si las lluvias modificaron cauces de ríos o estructuras del terreno.
“Necesitamos hacer un estudio más a conciencia y científico para conocer la condición real de la sierra y sus elevaciones. Solo así podremos definir las medidas de recuperación”.
Puente aéreo
Ante las dificultades para acceder por tierra, las operaciones de abastecimiento continúan mediante puentes aéreos, utilizando 22 helicópteros que operan desde puestos avanzados en Zimapán y Zacualtipán. Bernal detalló que los vuelos se realizan durante las horas de luz y cuando las condiciones meteorológicas lo permiten.
“El punto número uno es la seguridad. Si las condiciones climatológicas no son favorables, se reprograman los vuelos y se dirigen a otras comunidades donde sí se pueda operar. En caso de no poder aterrizar, los víveres se arrojan desde la aeronave para asegurar su entrega”, explicó.
Pese a las lluvias intermitentes, el suministro de alimentos, medicinas y productos básicos no se ha interrumpido. Las autoridades estatales y federales coordinan estas acciones con personal de la Fuerza Aérea Mexicana y organismos civiles que participan en la logística.
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