Pachuca.— La titular de la Defensoría Universitaria, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Elsa Ángeles Vera, informó que 70 por ciento de los casos son resueltos por mediación y 30 por ciento a través de recomendaciones formales; entre las sanciones aplicadas, derivadas de estos procesos, se encuentran bajas tanto de estudiantes como de docentes, principalmente por violaciones a los derechos humanos.
La defensora universitaria mencionó que las principales denuncias provienen de casos de hostigamiento y acoso sexual por parte de personal docente, mientras que en el caso de los estudiantes, prevalecen los hechos de violencia física, una situación que calificó como alarmante.
“Después de los sucesos en el CCH Sur en la UNAM, se encendió una alerta para nosotros. Esto significa que debemos ofrecer una atención especial y mantener una política de cero tolerancia hacia cualquier tipo de violencia, en especial la física. Además, estamos reforzando nuestros protocolos de seguridad”.
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¿Cuántas quejas?
De acuerdo con el micrositio, de enero a junio de 2025, la Defensoría Universitaria recibió 104 quejas, siendo la violencia docente y escolar el motivo más frecuente, seguida por la violencia institucional y laboral.
De este total, 68 quejas fueron presentadas por estudiantes, 25 por personal académico, 7 por funcionariado, 3 por personal administrativo y una persona de honorarios.
Ángeles Vera indicó que las incidencias más frecuentes se registran en el nivel bachillerato, aunque recientemente también se presentó un caso en el Instituto de Ciencias Económico Administrativas (ICEA).
Caso de discriminación en Derecho
Uno de los asuntos recientes que atendió la Defensoría fue el de un alumno de Derecho sancionado por no asistir con vestimenta formal. La titular explicó que, tras revisar el reglamento universitario, no existe disposición alguna que obligue a los estudiantes a portar cierto tipo de ropa en actividades académicas, salvo acuerdos previos y escritos al inicio del semestre.
“Este caso lo resolvimos favorablemente para el alumno. Determinamos que fue un acto de discriminación por razones económicas. Si un estudiante no tiene recursos para comprarse una corbata o un saco, no se le puede restringir su derecho a la educación”, aseguró.
Asimismo, mencionó que una segunda queja similar fue atendida de manera inmediata, mediante comunicación directa con la coordinación de Derecho. No obstante, adelantó que se analiza emitir una recomendación general para evitar que este tipo de prácticas se repitan en otros campus donde también se imparte la carrera.
Urge fortalecer la cultura de denuncia
Para la defensora universitaria, uno de los principales retos es fomentar la cultura de denuncia entre la comunidad estudiantil. “Los alumnos están acostumbrados a acatar indicaciones de los maestros, pero debemos enseñarles a revisar los reglamentos. Si algo no está estipulado por escrito, entonces puede haber una vulneración a sus derechos humanos”.
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