Pachuca.— De acuerdo con el director del DIF Hidalgo, Ricardo Arvizu, hasta ahora se han enviado cerca de 73 mil despensas. Cada una pesa entre cinco y siete kilos, y su destino depende de la vía posible: algunas salen por tierra y otras son cargadas en los helicópteros que despegan desde el aeropuerto Guillermo Villasana y otros dos puntos, hacia comunidades de difícil acceso.
Hay lugares donde no se puede aterrizar, porque el cerro se deslavó o no hay espacio. Entonces se avientan las cajas, ahí la necesidad de emplayar.
Zona de empaquetado
Los distintos hangares del Guillermo Villasana se han convertido en la zona de empaque, ahí alrededor de 200 personas arman los paquetes según las necesidades de cada comunidad: en unos predominan los alimentos no perecederos; en otros, las verduras frescas para los comedores comunitarios. También se incluyen artículos de higiene personal, productos de limpieza, alimento para mascotas, toallas sanitarias, sueros, azúcar, frijol, pañales y leche en polvo. Lo que poco ha llegado es alimento para mascotas, principalmente perros.
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Cada paquete está pensado con detalle: si el niño tiene menos de un año, lleva NAN 1; si es mayor, NAN 2. La ropa también se clasifica por talla y edad.
En los alrededores, integrantes de distintas dependencias participan en turnos para mantener el flujo constante de ayuda. Participan del Ejecutivo, Legislativo y del Poder Judicial. Son entre 200 personas por turno, según fuentes oficiales.
Los tres puntos aéreos de distribución —Pachuca, Zacualtipán y Zimapán— concentran los vuelos de apoyo. Sólo desde Pachuca, se han registrado más de 40 vuelos en un día.
Suspenden vuelos
Este domingo 19 de octubre, alrededor de las 15:00 horas se habían programado más vuelos, incluso en uno de ellos viajarían representantes de los medios de comunicación, pero las condiciones climáticas cambiaron y ahora son adversas, por lo que se suspendieron, tanto los de particulares como los de la Fuerza Aérea.
En un hangar, la Secretaría de Salud coordina brigadas médicas y sanitarias en municipios como Huehuetla y Tianguistengo. Allí se instalaron zonas de higiene obligatoria antes de ingresar a comedores o albergues, con el objetivo de prevenir brotes de enfermedades. Se ofrece vacunación, atención médica, limpieza y desinfección.
A un costado, una camioneta está por salir. En su interior, las despensas ya están listas. En otra parte del hangar, los montacargas levantan los paquetes que en minutos serán subidos a los helicópteros para esperar condiciones climáticas favorables y salir a su destino.
La jornada no se detiene. Entre el ruido de motores, los montacargas y las voces de los brigadistas que coordinan la salida de cada carga el día pasa veloz.
sjl
