Pachuca.— El nombre de Olga Trevethan Cravioto, la primera diputada local en la historia, quedó inmortalizado en el muro de honor del Congreso de Hidalgo, tras inscribirse con letras de oro, en sesión solemne encabezada por el gobernador Julio Menchaca Salazar, la titular del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, Rebeca Aladro Echeverría y el presidente de la Junta de Gobierno, Osiris Leines Medécigo.
Lo anterior, como reconocimiento al legado histórico que ha dejado al convertirse en la primera mujer en ocupar una curul en el Congreso local, lo cual abrió la puerta para que más mujeres pudieran ocupar otros cargos de liderazgo.
Originaria de Pachuca, Olga Trevethan nació en Pachuca el 14 de mayo de 1939; estudió la licenciatura en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a los 23 años fue nombrada jueza de lo civil en su ciudad natal.
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Participó en el proceso electoral en 1966, logrando el triunfo por el distrito de Apan, para convertirse en la primera diputada hidalguense en el Congreso de Hidalgo, cuando tenía 27 años, formando parte de la 45 Legislatura.
Para la igualdad, falta un largo camino
Hoy, con 85 años, Olga Trevethan acudió a la ceremonia donde se inscribió su nombre con letras de oro en el muro del Congreso de Hidalgo y en su discurso reconoció la labor de las legisladoras que la han sucedido en las curules, pues a lo largo de los años han luchado para que los derechos de las mujeres sean reconocidos.
No obstante, sostuvo que el camino no está terminado pues aún existe la necesidad abrir espacios para las mujeres en la lucha por la equidad, no discriminación y una vida libre de violencia: “Paulatinamente, esto se ha logrado mediante la integración de las mujeres a los órganos de gobierno. En nuestro estado, ese cargo fue abierto por presidentas municipales, juezas y legisladoras, que han conseguido incluir nuestras prerrogativas permanentes en las normas jurídicas”.
Por su parte, el gobernador Julio Menchaca resaltó la labor de Olga Trevethan y de otras mujeres al iniciar un movimiento que hoy ha permitido que México tenga a la primera presidenta electa (Claudia Sheinbaum Pardo).
“Por ese esfuerzo, por esa dedicación, como el de Olga, difícilmente se hubiera pensado en un país como el nuestro en que se dieran condiciones mejores para las mujeres y hoy, precisamente con ese talento es que hay mujeres en puesto de responsabilidad, donde han demostrado su valioso cariño y amor por su estado, por su país, y se están rompiendo esquemas que, en ese sistema patriarcal, inhibían la participación de ellas”, dijo.
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