Acaxochitlán.— Una tradición, que nace desde la devoción y esperanza en el corazón del Pueblo Mágico de Acaxochitlán, es la elaboración de alfombras de aserrín en honor al Señor del Colateral. Cada 11 de mayo las expresiones de arte llenas de color retratan la unidad, la renovación de la fe y tradición en los barrios del municipio.
Este año, 60 alfombras, que sirven como un testimonio de fe, llenaron de color y creatividad la cabecera municipal de Acaxochitlán. Luis Torres, uno de los coordinadores en la calle Ignacio Zaragoza, donde nació la tradición, ha participado en el desarrollo de estas obras de arte desde hace más de 35 años.
“Mayo es un mes esperado por todo el municipio, las alfombras, además de ser una tradición, se han vuelto un distintivo del Pueblo Mágico y quienes participamos en la elaboración lo hacemos como agradecimiento y por las peticiones especialmente para el temporal de siembra. Yo he participado desde que tengo memoria, y es un trabajo constante para que prevalezca. Hay personas que son de aquí o vecinos y que viene sólo una vez al año y el motivo es justamente la festividad”.
La logística inicia en febrero, con reuniones vecinales para determinar el diseño, los procedimiento y colores, además de la cantidad de materiales: aserrín, arena y flores. La calle Ignacio Zaragoza es la única donde pasa en dos ocasiones el Cristo de Colateral, durante la procesión del 11 de mayo. Esta ocasión la alfombra se elaboró con arena de acero grueso, blanca en la base, y es aserrín pigmentado con anilina en varios colores.
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“Este año iniciamos desde las 7 de la mañana con el aseo de la calle y terminamos alrededor de las 17 horas, ya que a las 19 horas comienza la procesión para recorrer cerca de 2 kilómetros, con una duración de 3 a 4 horas, ya que el cristo va haciendo algunas paradas, para que la gente le ofrende rosarios de flores, de maíz y todo en agradecimiento por favores o milagros que recibieron durante este año”.
Con el paso del tiempo se ha ido perfeccionando la técnica, anteriormente se hacía con cosas del campo como flores silvestres, piedras y ramas, ahora la base es el aserrín y algún otro elemento que los vecinos elijan. Para la elaboración de las alfombras, en ese caso para la calle principal, los vecinos invirtieron alrededor de 12 mil pesos únicamente para materiales y moldes, y se elabora por personas que tienen la voluntad de ayudar, este año, a diferencia de otros, se invitó a visitantes y turistas a participar en el proceso.
“Está hecha para el Señor del Colateral, en un principio la pisan quienes van cargando a la imagen y los sacerdotes, posterior a ellos el resto de la gente puede pasar, una vez concluida la procesión, entre todos los vecinos nos coordinamos para limpiar las calles el mismo 11 de mayo en la noche, no interviene el ayuntamiento, todo es completamente organizado por la sociedad civil”.
Previo al recorrido por la cabecera municipal, donde concluye la celebración, una réplica del Señor de Colateral recorre los barrios Tlacpac, Tlaltegco, Tlatzintla, Tlatempa, Tlamimilolpan, Cuaunepantla, Techachalco para recibir una fiesta por día con música en vivo, ofrendas y alfombras en casa de los mayordomos.
La historia del Señor del Colateral
De acuerdo con el cronista y director de turismo en Acaxochitlán, Arturo Castelán Zacatenco, la referencia más antigua se remonta a 1784, encontrada en un documento guardado celosamente en el archivo de la capilla de Santo Santiago, en el pueblo de Santiago Tepepa. En este documento, se menciona un alegato donde la comunidad solicita la reducción del pago que realizaban a las cofradías de Acaxochitlán, haciendo mención específica de los 8 pesos y 2 reales entregados al mayordomo del Señor Jesucristo del Colateral.
Antiguamente, la celebración del Señor del Colateral se llevaba a cabo del 29 de abril al 3 de mayo, según lo evidencia un antiguo cartel datado en 1933. Durante los cinco días de la festividad, los ocho barrios participaban, dos por día, junto con 11 comunidades, distribuidas de dos a cuatro por día.
“En este tiempo de preparación para la Fiesta del Señor del Colateral, recordamos con gratitud los dones recibidos y renovamos nuestra fe en la presencia protectora de nuestro Señor del Colateral. Recodamos historias que trascienden lo ordinario, testimonios de fe y esperanza que perduran en el corazón de nuestra comunidad. Cada milagro es un recordatorio del poder divino que habita en nuestro pueblo y del amor inquebrantable que nos une como familia”, mencionó el cronista.
sjl