PACHUCA.- Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la presidencia de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue asesinado hace exactamente 29 años, el 23 de marzo de 1994 durante su campaña presidencial la cual inició en el estado de Hidalgo en un entorno turbio tras el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el 1 de enero de ese mismo año en Chiapas. Por lo anterior, se tenía previsto un retraso en la gira; sin embargo, el entonces candidato Colosio decidió seguir con la agenda y la huasteca hidalguense fue el primer lugar donde se presentó.
El 28 de noviembre de 1993, Luis Donaldo Colosio aceptó la precandidatura del PRI a la Presidencia de la República, y el 8 de diciembre tomó protesta oficial como candidato durante la celebración de la Octava Convención Nacional priista y ante el entonces presidente del CEN de ese partido político, Fernando Ortiz Arana.
Con todo listo para comenzar la gira de trabajo, el ambiente en México se tornó gris con la aparición del Movimiento Zapatista o EZLN en enero de 1994 y aunque este se levantó en Chiapas, el país entero se mantenía a la expectativa; por lo que el entonces Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari dio instrucciones al equipo de Colosio coordinado por Ernesto Zedillo para postergar el inicio de la campaña hasta mitigar la situación. No obstante, ávido de justicia y de velar por un mejor país, Luis Donaldo hizo caso omiso y comenzó su campaña para las elecciones presidenciales el 10 de enero en la huasteca, en la plaza principal del municipio Huejutla de Reyes, en Hidalgo.
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Ante las acciones del EZLN en Chiapas, Luis Donaldo Colosio incluyó en sus discursos el tema de la situación de los pueblos indígenas en el país. Planteó un programa que concentrara recursos económicos para favorecer las condiciones de nutrición y de salud de las comunidades más pobres del país; así como mejorar la impartición de educación en las comunidades indígenas entre otras acciones para fortalecer los pueblos indígenas.
El discurso que pronunció Colosio en la huasteca hidalguense
Opacado por el levantamiento armado del EZLN en Chiapas, así como por la imagen del subcomandante Marcos, líder zapatista, y el protagonismo que el presidente Carlos Salinas de Gortari le dio a Manuel Camacho Solís, nombrándolo comisionado de paz, Luis Donaldo Colosio inició su campaña el 10 de enero de 1994 en Huejutla de Reyes, Hidalgo. El candidato a la presidencia arribó a Hidalgo junto con su comitiva cerca de las ocho de la mañana. En este primer discurso lo enfocó hacia el surgimiento del Ejército Zapatista y el apoyo a las comunidades indígenas donde destacan algunas frases a continuación escritas textualmente.
“Es aquí, en Huejutla, en el corazón de la Huasteca Hidalguense, donde he decidido iniciar mi Campaña por la Presidencia de la República”, comenzó a hablar frente a la multitud Luis Donaldo.
“Es aquí, en la Huasteca Hidalguense, ante los reclamos de ustedes, de frente a sus necesidades y con su determinación por alcanzar un mejor futuro en donde afirmo: queremos un solo México unido por el trabajo, unido por el desarrollo, unido por las mejores oportunidades para vivir y para progresar; un México en el que podamos alcanzar - juntos - nuestros más altos anhelos, un México mejor para nuestros hijos”
“Huejutla es símbolo del gran desafío que debemos resolver. La zona Huasteca nos muestra las tareas más urgentes que debemos realizar para consolidar la transformación de México”.
“En la Huasteca, también encontramos comunidades indígenas con dolorosas carencias. Encontramos comunidades con limitaciones; campesinos que aún esperan la superación de los rezagos históricos, mujeres y jóvenes que quieren abrirse nuevos horizontes, niños que merecen un México de mayor justicia. En la Huasteca se mantiene la esperanza. Sus mujeres y sus hombres aman esas tierras y están dispuestos a sumar esfuerzos. No están solos”.
Dentro de su discurso hizo mención al tema que ocurriía en México con el levantamiento del EZLN y dijo que: “Los acontecimientos de Chiapas son un llamado a la conciencia de todos los mexicanos; es un llamado que nos habla de la urgencia de mayor justicia social, pero que también nos coloca frente al absurdo de la violencia”
“La grandeza de México radica en la grandeza de sus regiones, como la Huasteca: en la fuerza de sus Municipios, como el de Huejutla. Desde el corazón de nuestras comunidades surge la gran cohesión de nuestra sociedad y el gran impulso para el desarrollo de México”.
“Aquí en Huejutla, lo reitero: mi propuesta es la de progreso para los que menos tienen. Aquí en Huejutla lo reitero: mi propuesta es la de certidumbre, es la de seguridad. Certidumbre y seguridad para los que menos tienen: para los individuos, para las comunidades, para la nación. Certidumbre significa reglas claras, significa acuerdos precisos, respetando la ley: certidumbre - ante todo - es la estabilidad y la paz social”, sentenció y finalizó con los viva México, viva Huejutla, viva la Huasteca entre el vitoreo de los hidalguenses.
El asesinato
Luego de casi tres meses de iniciar su campaña Luis Donaldo Colosio llegó el 23 de marzo de 1994, alrededor de las cuatro de la tarde, al aeropuerto Abelardo L. Rodríguez de la ciudad de Tijuana, Baja California.
El primer lugar a visitar fue la colonia popular Lomas Taurinas, uno de los muchos asentamientos irregulares en esa ciudad. Colosio dio un discurso de media hora en una explanada sobre la calle La Punta, donde se colocó un templete improvisado, montado sobre una camioneta. Fue ahí, donde al finalizar, a su paso por entre más de tres mil personas reunidas recibió un balazo en la cabeza y otro en el abdomen. Horas más tarde, confirmarían su muerte en un hospital de esa ciudad fronteriza.
Su cuerpo fue trasladado y sepultado en su ciudad natal, Magdalena de Kino, en Sonora, lugar en donde el 18 de noviembre del mismo año, su viuda, Diana Laura Riojas también fue sepultada, al lado de su esposo. A Luis Donaldo Colosio le sobreviven sus hijos Luis Donaldo y Mariana Colosio Riojas, sus padres y hermanos.
jgp