TULANCINGO.- En un texto previo, LSR Hidalgo ya te había enumerado los signos que delatan que una persona es pachuqueña y ahora te contaremos los detalles de una ciudad cercana y que guarda una importante relación con la llamada Bella Airosa, Tulancingo, por lo que te invitamos a quedarte en este texto y descubras si realmente perteneces a esa ciudad o solamente eres un “huésped”.
En ese sentido, la llamada ciudad de los satélites suena mucho porque iba a ser la capital del estado de Hidalgo, pero casi de última hora el presidente Benito Juárez decidió que no por una curiosa razón y es que en la pequeña urbe de ese entonces la presencia religiosa era muy fuerte y no se quería que los Poderes estuvieran juntos.
Con el paso de los años, fueron sumándose casas, calles y colonias desde las cuales surgieron importantes elementos que hoy dan identidad a sus habitantes y destacan principalmente dos: los guajolotes que son un platillo típico y el famoso luchador El Santo quien logró pasar del cuadrilátero al cine.
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¿Tú como dices? Tulancinguense o tulancingueño
De acuerdo con Emmely Lases, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el gentilicio para los habitantes de Tulancingo está rodeado de polémica, pues unas personas prefieren decir tulancinguense y otras tulancingueño, términos que son correctos y dijo que su uso es más por costumbre.
Vamos por unos guajolotes
Igual que le pasa a Pachuca que quienes son de fuera la relacionan en primer lugar con los pastes, en Tulancingo pasa igual y se trata de los guajolotes, que básicamente es una telera rellena con enchiladas e ingredientes al gusto, todo dorado en aceite y cuyo origen tiene varias historias de la cual una es la más conocida.
Se narra que cuando trabajadores apenas introducían el servicio de energía eléctrica por las calles de la ciudad, en una noche, la de Año Nuevo, terminaron tarde y al tratar de comprar algo de cenar todo estaba cerrado, pero una amable mujer se compadeció y les dijo que iba a prepararles algo con lo que tuviera en su casa.
Un paseo en un tranquilo parque
Otra cosa por la que los tulancinguenses son tulancingueños es por su tranquilo y apacible parque en el centro de la ciudad, el cual lleva por nombre La Floresta, aunque no siempre fue un jardín para paseos, ya que en 1528 sus terrenos formaban parte del conjunto conventual y de 1528 a 1908 pasó a ser plaza de armas.
Después de esas fechas se le dio el título que lleva ahora y fue formado por dos secciones: Plaza de la Constitución y Plaza Juárez, donde es común que sus habitantes acudan a comprar un helado o sus clásicas papas fritas con mucho queso; su ubicación es tan buena, que queda justo enfrente de la catedral.
Se quedó con la catedral
Como fue dicho líneas arriba, Tulancingo no fue capital de Hidalgo por la presencia de la Iglesia y su majestuosa catedral que está dedicada a San Juan Bautista y que data desde 1528 cuando la orden Franciscana ordenó su construcción. Su material principal es la cantera gris y en lo más alto tiene más de 54 metros.
De dos a tres caídas
Como el Reloj es a Pachuca, El Santo es a Tulancingo, personaje que guarda una historia de superación increíble, pues en la década de 1920 migró a la actual CDMX con su familia con quien vivía en una vecindad; todo cambió cuando entre 1933 y 1934 aprendió lucha libre mientras trabajaba como obrero.
Usó algunos nombres clave como Rudy Guzmán, El Hombre Rojo, El Enmascarado, El Incógnito hasta que en 1942 su entrenador armaba un equipo con vestimenta plateadas y le sugirió a Rodolfo, su verdadero nombre, tres motes entre ellos El Santo. Entre su carrera logró hacer más de 50 películas e incluso apareció en comics.
Una ciudad de satélites
Otra identidad que tiene Tulancingo es su parque de satélites, que data desde 1968 cuando México ingresó a su era de las telecomunicaciones y la ocasión fue querer transmitir los Juegos Olímpicos. La ubicación fe escogida por varios factores como la altura, clima, protección a interferencias y libre de sismos.
El 12 de octubre de 1968 comenzaron las Olimpiadas en CDMX y la inauguración fue transmitida en vivo y a color a todo gracias a la estación terrena de Tulancingo. Luego de su vida útil, el complejo se pretende destinar para la investigación del Espacio y los secretos que guarda en sus rincones.
cem