Estafa Siniestra
La sentencia de 12 años de prisión contra Martiniano N. marca un punto de inflexión en el combate a la corrupción en Hidalgo, al convertirse en el funcionario de más alto nivel en ser condenado dentro de la llamada Estafa Siniestra. Este fallo no solo evidencia la profundidad del daño ocasionado al erario por funcionarios que abusaron de la confianza pública, sino que también envía un mensaje contundente sobre la responsabilidad jerárquica en los actos de desvío de recursos. Aunque otros actores también estuvieron involucrados, el tribunal dejó claro que la omisión y la falta de vigilancia desde las altas esferas del poder también son delitos que deben castigarse. Esta resolución, más allá del castigo individual, pone sobre la mesa la urgencia de fortalecer los mecanismos de control interno y de rendición de cuentas en todos los niveles del gobierno. A Martiniano N también se le ordenó el pago de una reparación del daño por más de 14.8 millones de pesos. La condena se deriva de un contrato irregular firmado en 2022 con la empresa fantasma Remaco para adquirir más de 34 mil litros de crema antiséptica por un monto de 18 millones de pesos, pese a que ya había concluido la pandemia y no existía urgencia justificada para la compra.
Esto dijo el sentenciado
Antes de conocer su sentencia de 12 años de prisión por peculado agravado, Martiniano N., exoficial mayor de Hidalgo, defendió su inocencia y aseguró que fue víctima de un sistema judicial que actúa “en un mundo al revés”. Alegó que ninguno de los más de 14 testigos presentados durante el juicio lo señaló directamente como responsable del desvío de recursos y sostuvo que el verdadero operador de la operación, Víctor Eloy Porras, se encuentra libre tras acogerse a un proceso abreviado. Martiniano insistió en que no se benefició económicamente del contrato fraudulento, aseguró tener una trayectoria laboral intachable y reiteró su disposición de seguir luchando “hasta demostrar mi inocencia”.
Leonel Perusquia
El diputado local de Hidalgo se justificó tras la difusión de un video en redes sociales donde se le observa disparando al menos siete veces un arma de fuego en una zona rural. Aseguró que el arma no era suya, que el acto ocurrió durante un convivio al que fue invitado, y que se encontraba lejos de cualquier asentamiento poblacional, por lo que no hubo riesgo para terceros. A pesar de reconocer que no conocía el estatus legal del arma, Leonel Perusquia Muedano argumentó que “somos humanos” y que se dejó llevar por el momento, ofreciendo disculpas públicas por su conducta. El video, que se volvió viral a inicios de semana, generó críticas y llevó al Congreso local a solicitar una investigación formal de los hechos. El legislador aseguró que el incidente ocurrió antes de que asumiera su cargo como integrante de la LXVI Legislatura, minimizando su responsabilidad actual. Sin embargo, evitó precisar la fecha exacta del suceso, el lugar y, como ya es costumbre en estas situaciones, acusó que hay una estrategia detrás para perjudicarlo políticamente.
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