LEYENDAS DE GUANAJUATO

¿Sabías que la tumba de La Llorona se encuentra en Guanajuato?

En la Hacienda Siete Reales, ubicada entre Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz, está la tumba de una mujer que ahogó a sus hijos en el río Laja, luego se suicidó y se cuenta que su alma en pena vagó por mucho tiempo lamentándose por sus hijos

Créditos: Estado de Guanajuato, México
Escrito en GUANAJUATO el

Dolores Hidalgo.- Una de las leyendas de Día de Muertos más conocida en estado de Guanajuato es la de La Tumba de La Llorona, que data desde 1850, de acuerdo a un relato que ha trasmitido de generación en generación por los pobladores de Dolores Hidalgo.

Se cuenta que en la Hacienda Siete Reales, ubicada entre los municipios mencionados, en lo que fuera el antiguo Camino Real Tierra Adentro que comunicaba a los mineros de Zacatecas Guanajuato cuando estaba en auge la extracción de metales en Guanajuato, principalemente la plata, se encuentra una cripta que, según los lugareños, guarda un gran misterio, ya que se trata de La Tumba de La Llorona.

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La verdad, leyenda, relato o imaginación de los antiguos pobladores, se ha comentado por más de 200 años por quienes habitaban y habitan en llugares cercanos a donde se encuentra de la tumba, que la dueña de la Hacienda Siete Reales, al saber que su esposo le fue infiel, en un arranque de coraje ahogó a sus hijos en el río Laja, para enseguida suicidarse.

El cronista dolorense José Alamilla y pobladores coinciden en el relato de que la mujer deambulaba posteriormnte como un alma en pena por las casas del lugar durante las noches, de manera especial cuando había luna llena, y se escuchaban los fuertes lamentos dirigidos hacia sus hijos, mismos que terminaban en el paraje del río.

Tal era el terror que sentían por los gritos y lamentos que escuchaban que, los lugareños evitaban salir de sus casas cuando llegaba el atardecer y los trabajadores del campo terminaban temprano sus labores y las continuaban al amanecer del día siguiente.

El miedo entre los pobladores fue tan intenso que se pidió la ayuda de un sacerdote para bendecir el lugar donde se dice fue enterrada La Llorona. Fue así que las autoridades eclesiásticas, al comprobar las versiones de los pobladores, ordenaron la construcción de la tumba en forma de cripta en 1900, en el lugar donde la mujer dejaba de llorar y de gritar, y de acuerdo con lo señalado por el cronista de Dolores Hidalgo, el lugar fue exorcizado para mitigar el lamento de La Llorona que transitaba por el Camino Real.

Fueron los lugareños quienes unieron esfuerzos y cooperaron para erigir un pequeño memorial que apodaron “El Calvarito”, aunque parecía no ser suficiente, puesto que el ánima aún seguía rondando por la zona. No fue sino hasta 1913 cuando La Llorona dejó de causar terror en la zona, después de que unos misioneros bendijeron el monumento.

Sobre la tumba se colocó posteriormente una placa con fecha de septiembre de 1923, aunque los habitantes cercanos aseguran, porque así les contaron sus antecesores, que los gritos de La Llorona datan desde 1850, además de que esa tumba se colocó en lugar donde estaba una cripta que tenía una cruz encima, misma que durante una noche de tormenta fue partida por un rayo.

Tal era la costumbre de escuchar los lamentos, que entre los lugareños era frecuente comentar entre sí la frase: “Otra vez La Llorona”, aunque, después de ser bendecida la tumba, ya no se vio deambular a la mujer y se dejaron de escuchar los gritos lastimeros durante las noches de luna llena.

En la actualidad esta pequeña construcción de mampostería luce abandonada y desgastada por el paso del tiempo, aunque se dice también que quienes la visitan por curiosidad, no dejan de sentir temor al estar frente a la tumba.

¿Te animas a visitarla? Si vas tendrás que pedir permiso a los dueños del terreno, ya que es propiedad privada. Además, algunas fuentes mencionan que hay que pagar una cuota de recuperación de alrededor de 50 pesos.