Guanajuato.- Todavía algunos habitantes de edad avanzada relatan la leyenda del Callejón del Muerto y aseguran que por las noches se escuchan en el callejón los gritos de dolor de quien fuera un trabajador de la mina de San Bernabé y otros comentan que, alrededor de la madrugada, se aparece una silueta con casco minero arrastrándose por las escaleras.
Se sabe históricamente que el 11 de junio de 1548, unos aventureros españoles descubrieron la veta de San Bernabé (La primera mina de Guanajuato, junto con la de Rayas), en la comunidad de Mineral de la Luz, ubicada no muy lejos del Cerro del Cubilete.
La leyenda del Callejón del Muerto nació en 1740, cuando el Rey Felipe V otorgó el título de Muy Noble y Muy Leal Cuidad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato. Por lo que todos los trabajadores de la mina de San Bernabé festejaron durante varios días el nombramiento.
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Dos meses después, cuando la euforia del nombramiento había pasado y las fiestas se habían terminado, algunos mineros seguían todavía festejando el acontecimiento.
Donde ahora se encuentran unas canchas deportivas en el Cerro del Gallo, en ese entonces había nopaleras y matorrales que cubrían todo el cerro dejando solamente visible la vereda que llegaba hasta el Callejón del Beso y la Plazuela de los Ángeles.
Fue en esas nopaleras en donde 5 mineros de San Bernabé construyeron una pequeña choza con trozos de madera y techos de paja. Al terminar sus labores en la mina, casi todos los días se reunían en el jacalito improvisado y aprovechaban la oscuridad de la noche para jugar a las cartas y tomar bebidas embriagantes sin que nadie los molestara.
Pero una noche; saliendo de la mina de San Bernabé llegaron hasta su jacal, cansados por el largo camino recorrido y comenzaron a beber desmedidamente. Al calor de las copas, ya entrada la noche, empezaron a discutir y de las palabras pasaron a los golpes, y uno de los mineros sacó de entre sus ropas un enorme cuchillo que portaba para su protección personal y lo clavó en el estómago de uno de sus compañeros de borrachera, dejándolo mal herido, junto con el cuchillo ensangrentado, por lo que los demás, al ver el asesinato huyeron del lugar y jamás se volvió a saber de ellos.
La leyenda se transmitió de generación en generación y todavía hay guanajuatenses, sobre todo adultos mayores, que en la actualidad cuentan que todavía en las noches se escuchan los gritos de dolor del desafortunado minero y otros más aseguran que, ya pasadas las dos de la madrugada, en medio del callejón se aparece una silueta con casco de minero arrastrándose por las escaleras, pidiendo ayuda a quien se le atraviese en su camino. Muchos otros vecinos del lugar aseguran que algunas personas que han tirado basura frente a este callejón se les han aparecido el muerto.
Y otros más tienen frente a su casa una cruz de cantera que les asegura protección sobre la posible aparición del minero muerto.
Otra versión
La leyenda del "Callejón del Muerto" en Guanajuato varía, pues hay otra versión popular que relata que se creó tras un incidente donde un hombre amenazó a otro con la frase "¡El dinero o la vida!".
Luego de una pelea, el amenazado regresó a casa y encontró a su atacante muerto en la calle, quien apareció cubierto con una sábana.
Dado que nadie reclamó el cuerpo, lo llevaron a la fosa común y se dice que el alma del hombre que murió de forma violenta aún ronda por el lugar, especialmente por las noches, causando temor y apareciendo como una sombra con ojos tenebrosos.
Estos relatos se juntan en la leyenda del Callejón del Muerto, que, imaginarios o reales, dan un atractivo especial para quienes visitan la ciudad capital.
Sólo para saber
Los orígenes de la población de Guanajuato se remontan al siglo XVI, cuando la intensa actividad de los conquistadores españoles tuvo sus primeras aproximaciones a los territorios de la entidad en la década que inició en 1520.
Sin embargo, fue entre 1540 y 1546 cuando la región, que en la actualidad ocupa Guanajuato, fue otorgada por el virrey Antonio de Mendoza a Rodrigo Vázquez como merced para la cría de ganado mayor como una recompensa por los servicios prestados durante la conquista.
Hace 477 años (11 de junio de 1548) fue descubierta la primera mina de Guanajuato, San Bernabé, en la comunidad Mineral de la Luz. Y la mina de Rayas, la de mayor profundidad en la región, con un tiro de 420 metros fu descubierta en 1450 por Juan de Rayas.
Fundado en el siglo XVIII, Mineral de la Luz fue uno de los principales centros mineros durante la época colonial. Sus vetas de plata atrajeron a aventureros y mineros de todas partes, dejando un legado de fascinantes historias y leyendas. En la actualidad, al caminar por sus calles empedradas, se siente la presencia de un pasado glorioso reflejado en sus antiguas construcciones.
A partir de entonces el tránsito y establecimiento de buscadores de mineral se hizo constante. El mismo año de 1557 llegó la imagen de la Virgen María, que el rey Carlos I en donación envió a la población, desde entonces es venerada bajo la advocación de Nuestra Señora de Guanajuato.
| Con datos de: Turismo Guanajuato
| Con fotos de: N+ / Turismo Guanajuato
