San Felipe.- La mayoría de la gente se espanta, se horroriza y hasta siente nauseas por el simple hecho de que alguien le haga la invitación a comer algún platillo a base de rata de campo, ya que de inmediato le llega a la mente este roedor que habita en las cañerías, por lo que difícilmente se puede hacer a la idea de tan siquiera probar y menos consumir este platillo.
En algunas comunidades de San Felipe, Guanajuato, específicamente en la Emiliano Zapata, la rata silvestre no sólo es base alimenticia de muchas familias, sino que se ofertan en merenderos o en tienditas con diversas formas de preparación, ya sea en caldo, mole, fritas, asadas o hasta en gorditas.
La alta demanda por la compra y consumo de esta carne se debe a que tiene un precio más accesible que el pollo, res o cerdo, y aunque por un tiempo estuvo a punto de extinguirse este roedor, las autoridades municipales establecieron hace más de una década lo dos primeros criaderos de ratas de campo, bajo la supervisión y autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y son los propios pobladores de la Emiliano Zapata quienes se encargan de cuidar los criaderos y darles el debido alimento a los roedores.
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En esos criaderos, al aire libre, las ratas se reproducen y se alimentan con plantas como maguey, nopal y otras hierbas, como si estuvieran en su hábitat natural, lo que es una "garantía" de higiene para quienes las consumen, según dicen los pobladores.
Ratas de campo y las de cañerías
Las características físicas entre una rata de campo y una de cañerías, se pueden ver a simple vista, la silvestre tiene un pelaje suave como el de un conejo, con tonos grises claros y pecho blanco, mientras que las del caño son “pelonas” y negras. Las primeras viven en madrigueras cerca de nopales o magueyes y se alimentan de plantas y semillas; las segundas comen desechos.
Por su alto valor nutrimental, se le conoce como “levantamuertos”, porque, según narran los pobladores sanfelipenses: “Cura al enfermo, engorda al anémico y hasta quita “la cruda´”.
Y desde hace algunas décadas, se considera el consumo de este manjar típico con la frase: “La rata de campo da salud y la de las alcantarillas enferman”.
Cabe mencionar, que este alimento también es parte de las comidas típicas en algunas comunidades de Zacatecas y San Luis Potosí.
¿Te gustaría probar la carne de rata?
Para los amantes de los nuevos sabores y de platillos exóticos, sólo es cuestión de visitar el municipio de San Felipe para darle gusto al paladar con este platillo que en un primer momento puede sorprender a los comensales, aunque, quienes ya han tendido esta experiencia lo consideran como algo exquisito.
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Aunque no hay estudios que lo comprueben, los habitantes de la comunidad Emiliano Zapata aseguran que la rata de campo es afrodisíaca y que contiene un alto índice de proteínas; además, los mitos que le atribuyen propiedades medicinales.
Uno de los platillos favoritos por los consumidores es el de la rata asada, la cual se puede comer en cualquier adobo, salsa o mole, después de asarse. A la hora de presentarla se come completa como si se tratara de un pollo rostizado. Para acompañarla puedes agregar cebolla morada, cilantro y papitas cocidas. Quienes han probado la rata de campo aseguran que tiene un sabor parecido al pollo.
Y el caldo de rata se prepara con una variedad de vegetales como chayote, calabaza, papa, zanahoria, ejotes, chile y elote, siendo el ingrediente principal la carne de roedor, cuyo sabor es predominante.
¡Buen provecho!