León.- Cerca del Arco de la Calzada, en 1926 nació la empresa Emyco, en la calle 5 de Febrero casi esquina con la calle Librtad, en el centro de la ciudad, era un taller que inició con 20 trabajadores y produciendo 120 pares de zapatos a la semana y llegó a ser la empresa más importante del sector zapatero en León.
Durante décadas, la empresa Emyco fue sinónimo de calidad y elegancia, los leoneses usaban los productos de una empresa de renombre que eran fabricados por personal del gremio zapatero muy calificado.
En el año de 1945 Emyco se instaló en la esquina de las calles 5 de Febrero y Londres en la colonia Andrade y en el año de 1968, gran parte de su producción se trasladó al bulevar López Mateos, en la salida hacia Silao.
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¿Quién era el dueño de Emyco?
La empresa Emyco fue fundada en 1926 en la ciudad de León, Guanajuato por Felipe B. Martínez Chapa, Daniel Martínez y Jesús Escamilla y del apellido Escamilla y de acuerdo a Felipe Pablo Martínez Treviño (hijo de Felipe B. Martínez Chapa), de los dos Martínez salió el nombre de Emyco que es Escamilla, Martínez y Compañía.
La empresa fue conformada como Grupo Emyco S.A. de C.V., que integró varias compañías especializadas en la fabricación y comercialización de diversas marcas de calzado y tenía tiendas en Guanajuato, Aguascalientes, Puebla, Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí y en la Ciudad de México.
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Los modelos de zapatos de Emyco eran de mucha calidad y la marca leonesa gozaba de gran prestigio y llegaba a marcaba la tendencia en las exposiciones nacionales de Sapica, y además llegó a tener los derechos de marcas como Nike, Florsheim, Hush Puppies, Skechers y Caterpillar.
En 1977 la empresa Emyco fue reconocida por la Cámara del Calzado con el “San Crispín de Oro” y años después también le otorgaron el mismo galardón, pero por el gremio zapatero, presea con la que se distingue a los principales productores.
La empresa Emyco llegó a tener más d 2,000 trabajadores que fabricaban el calzado de calidad.
Felipe Martínez Chapa, uno de los fundadores de Emyco, dejó la fábrica en manos de sus hijos Felipe Pablo y Luis Gerardo.
Sin embargo, los problemas económicos por deudas millonarias y conflictos entre socios llevaron a Emyco a la bancarrota y terminar con una empresa de tradición en León y otras partes del país.
En el 2010, el propietario del Banco del Bajío, Salvador Oñate Ascencio, ganó un juicio mercantil contra Emyco y su propietario Felipe Pablo Martínez Treviño, por 792 millones 239,057 pesos. La sentencia obligaba a Emyco a pagar la cantidad reclamada, sin incluir intereses.
El resultado del juicio es que la autoridad ordenó embargar los bienes a Emyco al no pagar el dinero.
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De Emyco solamente queda el recuerdo y un inmueble derruido donde estuvo la otrora empresa de gran prestigio, orgullo leonés.
CM