León.- De acuerdo con datos históricos, Guanajuato tuvo una participación activa en la circulación de monedas y billetes en México, ya que por su cercanía a los yacimientos de mineros llegó a tener una casa donde se acuñaron monedas.
En los años posteriores a la conquista, muchos españoles y criollos, para evitar robos, enviaban sus riquezas al exterior , otros las escondían o enterraban, además de que era difícil transportar el oro y la plata de las zonas mineras a la Casa de Moneda de México, por lo que autoridades realistas permitieron autorizar casas de moneda provisionales cerca de los yacimientos mineros, por lo que se establecieron Cecas en Chihuahua, Durango, Guadalajara, Guanajuato, Nueva Vizcaya, Oaxaca, Real de Catorce, Sombrerete, Valladolid y Zacatecas.
Las Cecas eran lugares donde se fabricaban o emitían moneda y eran un el sello que identificaba el derecho de acuñación de la moneda de curso legal . Si la moneda es acuñada por el Banco de México tiene una "M" y se le denomina actualmente Ceca de México, en el caso de las monedas acuñadas en Guanajuato, éstas llevaban una "G" y se llaman Ceca de Guanajuato.
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En Guanajuato se fabricaron piezas con diseños distintos a los de la Ceca de México, la mayoría hechas de plata, con excepción de algunas piezas de oro que se acuñaron en Guadalajara.
Las casas de moneda eran subsidiarias de la Ceca de México y al crecer de nuevo la producción minera y la acuñación de moneda, para mercados exteriores, se crearon 14 casas foráneas en Los Álamos, Culiacán, Chihuahua, Durango, Guadalupe y Calvo, Guanajuato, Guadalajara, Hermosillo, Estado de México (Tlalpan), Oaxaca, Real de Catorce, San Luis Potosí, Zacatecas y la Casa Matriz de la Ciudad de México.
El Banco de Guanajuato
Debido a la movilización de capitales del sector minero nació el Banco de Guanajuato, primero se intentó crearlo en 1870 y en la década 1880 empresarios potosinos también fracasaron en el mismo fin y en 1897, el Congreso de la Unión promulgó el 19 de marzo la Ley General sobre bancos de emisión y de otros géneros, que posibilitó la expansión de los bancos que comprendían una casa matriz en los estados del país.
Las agencias y sucursales de algunos bancos crecieron, el caso del Banco de Guanajuato que quedó formalmente constituido el 25 de abril de 1900, aunque inició sus operaciones hasta el 3 de septiembre de ese año. La sociedad fue autorizada para operar por 30 años a partir de la emisión de la ley de 1897.
El contrato fue firmado en la Secretaría de Despacho y de Hacienda y Crédito Público, con la Compañía Banquera Anglo Mexicana, S.A., Juan Brittingham, Antonio V. Hernández, Gerardo y Eduardo Meade.
El Banco inició con 5 mil acciones y el primer Consejo de Administración del Banco de Guanajuato fue integrado por Ramón Alcázar, Enrique Creel, Agustín González, Carlos Chico y Dwight Furness.
Enrique C. Creel, banquero, minero y propietario chihuahuense participaba a título personal y como apoderado de la Compañía Banquera Anglo Mexicana.
Ramón Alcázar, comerciante, se centró en el mercado de acciones mineras en los estados de Guanajuato, Tamaulipas y Zacatecas, participando en la importante Compañía Guanajuatense Zacatecana, que controlaba las casas de moneda de Guanajuato y Zacatecas a fines del siglo XIX.
Carlos Chico perteneció a una familia que sobresalió en el sector minero y político. Carlos fue abogado y accionista minero.
Dwight Furness llegó a Guanajuato en 1887 para encargarse de los intereses que tenía en la Santana Mining Company de St. Louis, Missouri, en la Negociación Minera La Esperanza. Fue accionista en empresas mineras de Guanajuato, Jalisco y Nayarit; accionista y presidente de The Huautla Santa Ana Mining Company; intermediario de compañías mineras de Guanajuato y refinadoras de la Ciudad de México, fue concesionario para construir un ferrocarril entre Guanajuato, Marfil y Salamanca. Además de sus actividades en diversas actividades económicas, fue cónsul de Estados Unidos en Guanajuato en los primeros años del siglo XX.
El capital inicial del Banco fue de 500 mil pesos, divididos en 5 mil acciones de 100 pesos cada una, exhibido e íntegramente suscrito de conformidad con la ley de instituciones de crédito; con 50 por ciento del valor nominal de las acciones, suscrito en esa forma. Para el fondo se reservó 10 por ciento de las utilidades netas hasta llegar a la tercera parte del importe del capital social. Las acciones no podían ser al portador hasta que fueran totalmente pagadas.
Trayectoria del Banco de Guanajuato
Un año después de iniciar operaciones, el banco tuvo una expansión de sus operaciones en una área de transacciones favorecedora y aunque las expectativas de mejoramiento y crecimiento del Banco de México en gran parte se consideraba por la minería y la llegada de capital extranjero que llegó para reactivar esta actividad, el factor de la agricultura fue el más importante, ya que se consideró en ese tiempo el eje de la economía guanajuatense.
Desde los primeros años de su funcionamiento, las operaciones también se ampliaron, por ejemplo, las de préstamos y descuentos que se realizaron en el segundo semestre de 1902, se aplicaron –en orden de importancia– en Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Querétaro y San Luis Potosí, con un monto total de 573 mil 943.10 pesos. Esa estrecha relación con los dos primeros estados permitió establecer una sucursal en cada uno mostrando su esquema espacial de operaciones.
El Banco de Guanajuato tuvo sucursales en Guadalajara, Jalisco; en Zamora, Michoacán; y en Irapuato, Guanajuato; a través del depósito de 20 mil pesos en bonos de la Deuda Pública a la Tesorería General de la Federación. Es decir, inició una política expansiva en el centro y occidente de México.
El cierre del Banco de Guanajuato
El 5 de diciembre de 1913, el director del banco José Bustamante fue enviado a prisión, acusado de no destruir los billetes que habían sido retirados de la circulación, sino de ponerlos de nuevo en circulación y de ocultar el libro que registraba las incineraciones.
El 26 de junio de 1914 el banco cerró sus oficinas en Guanajuato. Varios de los principales empleados ya se habían ido a la Ciudad de México.
El banco no entregó ningún documento a la Comisión Reguladora e Inspectora de Instituciones de Crédito de Venustiano Carranza, por lo que el 8 de diciembre de 1915 fue visitado por el inspector Rafael Torres. El banco afirmó que, dado que recién se habían restablecido las comunicaciones entre Guanajuato y Guadalajara y Zamora, no contaba con la información relevante y solicitó una demora. Sin embargo, la Comisión decidió que, por no haber cumplido dentro del plazo prescrito, su concesión se perdió.
El Banco de Guanajuato fue finalmente liquidado en 1921.
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| Con información publicada en La Silla Rhttps://www.whatsapp.com/channel/0029Va6evSkGk1Ftej78ks0Bota Guanajuato el 11 de noviembre de 2021.