León, Gto.— En su momento fue un símbolo de modernidad en la zona suroriente de la ciudad. Su nombre, K2, evocaba la aspiración de llevar el desarrollo empresarial local a nuevas alturas. Hoy, sin embargo, pocos recuerdan que aquel edificio, ubicado sobre el bullicioso bulevar Mariano Escobedo, alguna vez fue conocido popularmente como “la tienda K2”. El paso del tiempo y la dinámica urbana han transformado ese espacio comercial en lo que hoy es: un activo y renovado centro de oficinas y despachos profesionales.
El equipo de La Silla Rota Guanajuato visitó el edificio para constatar su actual función. Lo que antes albergó locales comerciales y era punto de reunión para pequeños negocios y oficinas emergentes, hoy es un complejo plenamente adaptado para el mundo corporativo y de servicios. Entre los inquilinos actuales se encuentran empresas privadas, dentistas, diseñadores, escuelas de idiomas y matemáticas, psicólogos, abogados, contadores, así como oficinas de diversas dependencias municipales.
La historia del edificio se remonta a finales de los años 90, cuando León experimentaba un importante auge económico e inmobiliario. Por aquellos años, la ciudad —famosa por su industria del calzado— comenzaba a diversificar su perfil económico. Fue en ese contexto que surgió el proyecto del Centro de Negocios K2, un edificio de usos múltiples que desde sus inicios fue pensado para albergar oficinas y locales comerciales. Para 1998, ya se encontraba en operación. De hecho, registros de la época muestran que ese año el despacho “Julio Alcalá Corporativo Legal” abrió sus puertas en este inmueble.
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En su diseño, K2 se concibió como un edificio sobrio pero funcional. Su estructura de concreto y cristal se levantó a poco más de seis pisos, ofreciendo flexibilidad para múltiples inquilinos. Por entonces, se convirtió en uno de los primeros desarrollos empresariales verticales fuera del centro histórico leonés.
Con el paso de los años, sin embargo, el concepto inicial fue cambiando. La actividad comercial minorista disminuyó gradualmente y el edificio encontró una nueva vocación: convertirse en un centro de oficinas corporativas y gubernamentales. Esta transición se consolidó alrededor de 2015, cuando el municipio de León adecuó varios pisos para instalar dependencias públicas. La Dirección General de Educación Municipal, la Dirección de Salud y otros organismos trasladaron sus operaciones al inmueble, compartiendo espacio con negocios privados.
Hoy, K2 luce renovado y plenamente adaptado a las necesidades contemporáneas. En sus pasillos conviven ciudadanos que acuden a trámites oficiales, profesionales que reciben clientes en sus despachos y emprendedores que aprovechan sus instalaciones para ofrecer servicios. Si bien ya no es “la tienda” que muchos recuerdan, el edificio ha sabido reinventarse sin perder su papel como punto de referencia en la vida económica y administrativa de León.
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