León.- Los trajes de manta, una blusa bordada, un zarape o reboso, unos huaraches de vaqueta y un huacal, volvieron a llenar las calles aledañas al Santuario de la Virgen de Guadalupe en León, en el conocido como Cerrito de San Lorenzo, donde cientos de familias leonesas cumplieron este 12 de enero su cita con una tradición que inició en 1876.
Fueron el sacerdote Pablo de Anda Padilla, edificador del Santuario de Guadalupe en León, con la anuencia del obispo José María Diez de Sillano y Dávalo, quienes dieron el nombre de “Día de los Inditos”, en honor al ahora San Juan Diego.
De acuerdo a datos históricos, el sábado 9 de diciembre de 1531, caminaba para recibir enseñanza religiosa el indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin, recientemente convertido al cristianismo, cuando oyó un canto desde la cima del cerro del Tepeyac. La mujer se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María” y explicó el motivo de su aparición: venía a pedir que se construyera allí una “casita sagrada”, y quería que Juan Diego llevara su petición a la cabeza de la Iglesia en México, el obispo Juan de Zumárraga.
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Después de 3 apariciones de la Virgen, con los rechazos del obispo Zumárraga, el cuarto día, 12 de diciembre, fue cuando Juan Diego abrió su tilma y cayeron flores, cuando en la tilma se apareció la imagen de la Virgen, y el obispo pidió a Juan Diego que le mostrara el lugar de la “casita sagrada” de la Virgen, con lo que se cumplieron los deseos de la Guadalupana.
La fecha en León decidió cambiarse para darle un especial reconocimiento al indio Juan Diego y desde 1876 los leoneses renuevan cada 12 de enero esta tradición.
La celebración
Este domingo, desde las primaras horas y hasta las 9:30 de la noche, las calles aledañas al Santuario fueron cerradas y en ambiente de verbena se inundaron de puestos donde se venden antojitos mexicanos, platillos típicos, flores, souvenires y locales para las fotos del recuerdo con imágenes de la Virgen, además de juegos mecánicos y música en vivo.
Dentro del Mercado Aldama, en las calles Leona Vicario y Álvaro Obregón, había puestos instalados donde se ofertaban trajes típicos, sombreros, huaraches, paliacates, sarapes de jerga, bigotes postizos, huipiles, rebozos, blusas, faldas, trenzas postizas, collares, pulseras y huacales de carrizo o madera adornados de productos naturales o elaborados en plástico como chorizo, frutas y legumbres.
Por entre todo ese ambiente festivo desfilaron en el transcurso de la mañana alrededor de 15 mil leoneses, para entrar al Santuario y venerar a la Virgen de Guadalupe y a San Juan Diego. Con orgullo, fe y devoción, los padres de familia llevaron a sus “inditos” para honrar a la Morenita del Tepeyac, manifestar que la tradición heredada por sus abuelos se mantiene vigente y para agradecer beneficios y hacerle peticiones a la Virgen
Y aunque la misa solemne del mediodía fue el momento más importante del día, todavía quedan algunas horas de este día para que los leoneses acudan al Santuario Guadalupano, como lo han hecho durante toda la mañana, ya que las filas de fieles católicos han sido una constante.
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