Guanajuato, México.- Todo parecía dentro del guion legislativo. El Congreso de Guanajuato sesionaba este jueves 5 de junio para decidir una vez más sobre uno de los temas más divisivos de la agenda nacional: la despenalización del aborto. La tensión se cortaba en el aire. Diputados de todos los partidos habían llegado puntuales, conscientes de que su voto podía marcar el rumbo de derechos, creencias, política… y polémica.
Pero en medio del debate, una escena robó la atención y ya circula viralmente en redes sociales: un momento inesperado, simbólico, calculado, teatral. Todo en un mismo gesto.
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La protagonista: Sandra Pedroza, diputada por Movimiento Ciudadano. Desde su curul, se levantó sin decir palabra. El detalle que encendió las alertas fue la cámara que, con un seguimiento casi cinematográfico, comenzó a grabarla antes de que hiciera cualquier acción relevante. Ni una palabra, ni una moción. Sólo ella caminando hacia el estrado.
Allí la esperaba la diputada Itzel Bendo, del Partido Verde Ecologista. Una figura clave en esta jornada: fue su voto el que inclinó la balanza contra la despenalización del aborto. Con 19 votos en contra y 17 a favor, el Congreso determinó que el aborto seguirá siendo considerado un delito en el Código Penal del estado. Y Bendo, con ese solo voto, definió el destino de miles de mujeres en Guanajuato.
Pedroza se detuvo frente a ella. Sacó un billete y unas monedas —lo que más tarde se confirmó eran 720 pesos— y los colocó en la mesa con una frase cargada de intención: “Es poco, pero honesto”. Sin esperar respuesta, bajó la cabeza y se retiró en silencio, mientras Itzel la observaba con una mezcla de desdén y desconcierto.
El dinero quedó ahí. Solo, en el centro del escenario. Por segundos nadie lo tocó.
Y entonces ocurrió lo inesperado: una mano surgió por un costado del encuadre. Era la diputada panista Anita Esquivel. Sin decir nada, tomó el dinero y se lo llevó consigo para detener el "show"
Un vídeo natural. Casi cotidiano. Como si no hubiera cámaras. Como si el acto tuviera un guion preestablecido.
El video, que ya circula en X, TikTok y WhatsApp, fue captado con un encuadre tan específico y limpio que muchos lo consideran planeado. La cámara sigue a Pedroza con precisión quirúrgica desde su asiento hasta el estrado, y encuadra perfectamente cada gesto, cada expresión, cada mirada de las tres diputadas involucradas.
¿Fue una denuncia simbólica? ¿Un performance político? ¿Una crítica a la supuesta compraventa de votos en el Congreso? ¿Una burla hacia quienes traicionaron causas progresistas?
Las redes ya discuten los múltiples significados de la escena. Lo cierto es que, en un día en que se discutía el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, lo que se robó la atención fue un fajo de billetes, una frase cargada de ironía y una mano que no dudó en llevárselos.
Y mientras el aborto sigue penalizado en Guanajuato, el Congreso se convierte en escenario de teatro político. Uno donde a veces, las palabras sobran. Y donde 720 pesos bastan para encender un país.
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