Moroleón, Guanajuato.- Con la llegada de las lluvias, la Cascada de Piñícuaro, también conocida como la Cascada de El Paso, vuelve a deslumbrar con su belleza natural, atrayendo a visitantes que buscan un escape entre la sierra.
Ubicada en la comunidad de Piñícuaro, en el municipio de Moroleón, este rincón es ideal para practicar senderismo, ciclismo de montaña o simplemente disfrutar de un día de campo en contacto con la naturaleza.
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Cada año, el cauce de la cascada se llena gracias a los escurrimientos provenientes de la sierra y del Cerro de Amoles. El agua fluye hasta el rancho Tejocotes, donde se forma una primera caída, para luego continuar su recorrido hasta El Paso, donde se precipita desde una altura aproximada de 10 metros, formando un paisaje digno de admirar. Durante esta temporada, la cascada se convierte en un oasis temporal, creando una alberca natural entre las rocas, perfecta para refrescarse.
Un rincón con historia y tradición
Piñícuaro, cuyo nombre proviene del tarasco y significa “Boca de Cueva”, es una de las comunidades más antiguas y pobladas de Moroleón, con una rica tradición cultural y artesanal. La comunidad es conocida por su producción de alfarería, destacando piezas como cántaros, ollas y cazuelas, que han mantenido vivas las técnicas ancestrales del oficio.
Además, este lugar guarda un legado en la danza folclórica mexicana. Fue aquí donde el maestro Ponciano Vega modernizó la música y la coreografía de la emblemática “Danza de Paloteros”, una colorida expresión cultural que ha representado a México en escenarios internacionales.
Históricamente, Piñícuaro también fue un punto de interés durante la época colonial debido a sus minas de plata, las cuales fueron clausuradas en la Guerra de Independencia. Durante mucho tiempo se creyó que estas minas se habían perdido en la memoria colectiva, hasta que en 2019 un senderista de Moroleón redescubrió una de ellas, reavivando la curiosidad sobre el pasado minero de la región.
Un paraíso amenazado por la basura
A pesar de su atractivo natural, los habitantes de Piñícuaro han expresado su preocupación por la creciente acumulación de basura en la zona, dejada por algunos visitantes. Este problema no solo afecta la imagen del lugar, sino que también pone en riesgo la conservación del ecosistema. Por ello, la comunidad hace un llamado a quienes acuden a disfrutar del paisaje a respetar el entorno y llevarse consigo sus desechos.
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