TIJUANA, BAJA CALIFORNIA- La aparente calma migratoria en Tijuana podría romperse en cualquier momento, ya sea porque el presidente norteamericano Donald Trump cumple su amenaza de deportaciones masivas, o por el retorno de personas que han sido enviadas al sur del país desde Estados Unidos.
Eso advierten activistas pro migrantes de Baja California, quienes sostienen que si en esta frontera las cifras de deportaciones han caído drásticamente es porque las autoridades norteamericanas están trasladando a esos migrantes a estados como Tabasco o Chiapas.
En conferencia de prensa para pedir un verdadero programa de atención integral a quienes están siendo retornados a México, aseguraron que este acuerdo binacional pretende invisibilizar las deportaciones.
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“Es una forma de querer que estas comunidades no regresen de forma inmediata para volverse a internar de forma irregular a Estados Unidos”, apuntó José María García Lara, director y fundador del albergue Juventud 2000.
Ese refugio para migrantes que en el pasado ha tenido más de 200 personas en grupos familiares, hoy está a menos de un cuarto de su capacidad principalmente dando refugio a personas extranjeras, destacó.
Sin embargo, agregó que han recibido al menos una decena de hombres que fueron enviados al sur del país y han regresado a esta frontera, por lo que no descartan que este número aumente.
De acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM), entre enero y mayo de este año hubo 8,126 deportaciones por Baja California.
Esto representa un promedio de 1,625 de deportados mensualmente y una reducción de casi el 70% en comparación con el mismo periodo de 2024, cuando hubo 4,848 deportaciones mensuales en promedio.
La información oficial también muestra que los estados de Chiapas y Tabasco no reportaron recepción de migrantes en todo 2024, pero en los primeros cinco meses de este año recibieron un total de 5,204 y 4,969, respectivamente.
“Queremos saber exactamente cuáles son esas acciones que están tomando el gobierno federal, los estados y municipios de la frontera sur como medida de prevención y protección. ¿Qué programas tienen de ayuda? Porque son arrojados hacia allá”, subrayó García Lara.
LA ESTRATEGIA FEDERAL
En Tijuana y Mexicali siguen funcionando los puntos de recepción habilitados por el gobierno federal para atender a las personas deportadas bajo la nueva administración de Trump.
En Tijuana han sido atendidos un promedio de mil personas mensuales pero en Mexicali han sido menos de 500, por lo que el centro está en vías de ser reubicado, según confirmó la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
“Le hablamos directamente a la secretaria de gobernación, Rosa Isela Rodríguez, le planteamos la posibilidad de mover el albergue o en este caso habilitar el albergue Peregrino, que es un gran espacio para las personas en contexto de movilidad humana, y estuvo de acuerdo”, dijo recientemente en una de sus conferencias de prensa semanales.
Tanto en Tijuana como en Mexicali, las autoridades ofrecen a los migrantes la oportunidad de regresar a sus estados de origen, algo que los activistas aseguran no resuelve su situación.
“Aunque el gobierno tenga una buena intención de mandarlos al centro del país, esta comunidad va a regresar al norte, porque eso lo vivimos hace muchos años. Regresan porque lo más cercano para ellos o los familiares que dejaron en Estados Unidos son las zonas fronterizas”, reiteró José María García Lara.