La Secretaría de Salud de Zacatecas confirmó un caso positivo de rabia humana en el estado. El registro corresponde a una paciente de 17 años, residente del municipio Mezquital del Oro. La persona afectada sufrió una mordedura por un animal silvestre.
El 13 de agosto de 2025, la paciente recibió atención inicial en el Hospital Rural No. 82, ubicado en Vicente Guerrero, Durango. Ese mismo día, fue trasladada a una unidad del IMSS en Zacatecas para continuar con su tratamiento.
Posteriormente, el equipo técnico estatal y federal acudió al Hospital General de Zona No. 1 Emilio Varela Luján. El diagnóstico positivo de rabia se confirmó por el Laboratorio Estatal de Salud Pública de Zacatecas.
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A las 00:25 horas del 15 de agosto de 2025, las autoridades notificaron el resultado a los familiares, personal médico y organismos competentes.
Intervención de autoridades y acciones sanitarias
El caso motivó la intervención de personal del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE), la Dirección General de Epidemiología y el Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (CENAPRECE).
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Tras la confirmación, las autoridades activaron protocolos de investigación epidemiológica y trazabilidad del caso. También se iniciaron acciones de control, como campañas de vacunación en las comunidades relacionadas.
El equipo técnico entrevistó a familiares y contactos de la paciente para determinar la necesidad de profilaxis postexposición. Además, visitaron las zonas donde pudo ocurrir el contagio.
La SSZ señaló que continuará reforzando acciones de prevención y control. La dependencia llamó a la población a acudir de inmediato a una unidad médica en caso de mordeduras por animales silvestres.
Características de la rabia humana
La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central. La transmisión ocurre por contacto con la saliva de animales infectados, generalmente a través de mordeduras.
El virus se dirige al sistema nervioso, donde provoca irritación, parálisis y muerte. El periodo de incubación varía entre 2 y 8 semanas, aunque puede oscilar entre 5 días y más de un año, dependiendo del tipo y sitio de la herida.
El padecimiento en humanos se considera secundario, ya que tiene su origen en animales. Casi todos los mamíferos pueden ser portadores del virus.
Existen dos tipos principales de transmisión: la rabia urbana o doméstica, que se relaciona con perros y gatos; y la rabia silvestre, vinculada con murciélagos, zorros, coyotes, zorrillos, mapaches y otros animales salvajes.
Tipos de rabia y evolución clínica
La enfermedad puede presentarse en dos formas: rabia furiosa y rabia paralítica. La primera se manifiesta con hiperactividad, alucinaciones, espasmos y miedo al agua o al aire. La segunda progresa con parálisis que inicia en la zona de la mordedura y se extiende hasta provocar coma.
En ambos tipos, una vez que aparecen los síntomas clínicos, el desenlace es casi siempre mortal.
Los síntomas iniciales pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómito, y sensaciones anormales en la zona de la mordedura. Posteriormente, se presentan signos más específicos como salivación excesiva, espasmos musculares, confusión, alucinaciones, dificultad para tragar y taquicardia.
Prevención y medidas ante exposición
La rabia puede prevenirse si se actúa con rapidez tras una exposición. La profilaxis postexposición (PEP) debe aplicarse en caso de mordeduras, arañazos o contacto sospechoso con animales potencialmente infectados.
La PEP consiste en el lavado inmediato de la herida con agua y jabón durante al menos 15 minutos. Posteriormente, se administran vacunas en un esquema de 4 dosis a lo largo de 14 días. En algunos casos, también se aplican inmunoglobulinas o anticuerpos monoclonales.
Las autoridades recomiendan buscar atención médica urgente ante cualquier contacto sospechoso, incluso si no se observa una herida visible.
Estrategias de control animal y educación
La vacunación masiva de perros representa una de las estrategias más eficaces para interrumpir la transmisión del virus. También se recomienda vacunar a gatos y hurones según las indicaciones del personal veterinario.
Las mascotas deben mantenerse bajo control y dentro del hogar. Los animales pequeños que no pueden vacunarse, como conejos, deben permanecer protegidos en espacios seguros.
Se recomienda evitar el contacto con animales silvestres, especialmente aquellos que se acercan a personas sin mostrar miedo. Las autoridades piden reportar la presencia de animales callejeros o murciélagos en viviendas.
Programas de educación dirigidos a niños y adultos contribuyen a reducir riesgos, mediante el conocimiento sobre comportamiento animal y medidas de prevención.
Panorama global de la rabia
Contexto: La rabia está presente en más de 150 países, excepto en la Antártida. Cada año, causa aproximadamente 59,000 muertes en el mundo, y el 40% de los casos afecta a menores de 15 años.
En el 99% de los casos humanos, la transmisión ocurre por mordeduras de perros. A nivel global, más de 29 millones de personas reciben tratamiento preventivo cada año.
El costo mundial de la rabia se estima en 8,600 millones de dólares anuales. Esta cifra incluye pérdidas humanas, gastos médicos, afectación a medios de vida y consecuencias psicológicas.
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Situación regional y objetivos sanitarios
En la región de las Américas, los casos de rabia humana transmitida por perros disminuyeron significativamente en las últimas décadas. En 1983 se registraron alrededor de 300 casos. En 2020, la cifra se redujo a solo 2.
En cambio, la rabia transmitida por animales silvestres, especialmente murciélagos hematófagos, registró un aumento en la región.
Cada año, cerca de un millón de personas en las Américas recibe profilaxis postexposición. Además, las campañas de vacunación alcanzan a aproximadamente 100 millones de perros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), mantiene como objetivo eliminar las muertes humanas por rabia transmitida por perros para el año 2030.
VGB