Puebla, Puebla– Después de siete años de una batalla legal contra su ex pareja, Ivonne Daniela Flores Mustre, estaba a punto de recuperar la custodia de su hija, Nelli Estelle Harrison Flores, víctima de violencia vicaria. El encuentro estaba programado para el sábado 9 de agosto, pero nunca ocurrió; el padre de la menor no acudió a entregarla y ahora la niña de 11 años está reportada como desaparecida.
El pasado 7 de agosto, la jueza María Dolores López Rubí, del Segundo Juzgado Familiar de Puebla, ordenó la restitución de la guarda y custodia de Nelli a favor de su madre, tras acreditar que durante años sufrió violencia vicaria ejercida por su progenitor.
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De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), Nelli fue vista por última vez el 2 de agosto de 2025 en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, en San Andrés Cholula. Desde entonces, se desconoce su paradero y se emitió un boletín de búsqueda para su localización.
A través de un video difundido en redes sociales, Ivonne Daniela Flores Mustre, pidió apoyo para localizar a su hija, Nelli Estelle Harrison Flores. La madre dijo desconocer el estado y las condiciones en las que se encuentra la menor, quien —aseguró— fue sustraída por su padre, vinculado a proceso el 16 de junio de 2025 por los delitos de sustracción y violencia vicaria.
Flores Mustre señaló que teme por la integridad de su hija y solicitó la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum, de la fiscal general del Estado de Puebla, Idamis Pastor Betancourt, y del gobernador Alejandro Armenta Mier. Recordó que ha sido víctima de violencia vicaria por parte del padre de la niña, quien se la arrebató de forma injustificada.
Asimismo, afirmó que su propia vida corre peligro y reiteró el llamado urgente a las autoridades para que actúen y le ayuden a recuperar a su hija.
Dos décadas de abusos y una lucha marcada por omisiones judiciales
Ivonne Daniela Flores Mustre, originaria de Puebla, denunció haber sido víctima de violencia sexual, económica y psicológica por parte de su expareja, con quien inició una relación cuando tenía 15 años.
Relató que los abusos se prolongaron durante más de dos décadas en distintos países y que, en 2018, el hombre retuvo ilegalmente a su hija tras un acuerdo de custodia, acelerando procesos legales para impedir su convivencia.
Según su testimonio, su expareja —quien estuvo encarcelado por fraude en Nayarit— se negó a devolver a la niña tras una visita pactada y obtuvo una orden de alejamiento en tiempo récord, presuntamente mediante sobornos. Flores Mustre afirmó que recibió ofertas de dinero del padre de su hija para renunciar a la custodia y amenazas contra su familia.
En 2021, después de años sin información oficial sobre el paradero de la menor, logró comunicarse con ella mediante videollamadas. Sin embargo, durante un encuentro presencial detectó que la niña presentaba quemaduras, llagas y signos de desnutrición, lesiones que —aseguró— fueron ignoradas por las autoridades presentes.
En ese entonces, acusó a la jueza María de los Ángeles Muñoz Cortés y a la psicóloga Silvia Elizabeth Pérez Vignola de omitir su deber de protección. Flores Mustre sostiene que, además de la violencia vicaria, ha enfrentado acoso judicial y campañas de desprestigio en su contra.
Contexto: Este caso es relevante porque expone cómo la violencia vicaria —una forma de agresión en la que se utiliza a las hijas e hijos para dañar a la madre— puede prolongarse durante años debido a omisiones y posibles actos de corrupción en el sistema judicial, poniendo en riesgo la vida e integridad de una menor. También visibiliza la necesidad de que las autoridades actúen con celeridad y perspectiva de género para garantizar el derecho de las niñas y niños a vivir libres de violencia y evitar que las víctimas enfrenten un doble daño; por parte del agresor y por la falta de protección institucional.
