Este es uno de los lugares más inhóspitos de la ciudad. Está más cerca del poblado de Samalayuca que de la mancha urbana de Ciudad Juárez. Se ubica dentro del panteón San Rafael, uno de los camposantos más grandes e importantes de esta frontera.
Pero no basta con ingresar al cementerio. Hay que avanzar hasta el rincón más alejado, a un terreno árido, prácticamente desértico, apartado de todas las tumbas, donde la tierra y la yerba dominan el paisaje.
Aquí se levanta un mar de pilares blancos con letras y números que representan una vida. Al menos eso afirman los elementos forenses. Una persona que, entre 2022 y 2024, ingresó sin vida a las instalaciones de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado, y que salió sin haber sido identificada.
Te podría interesar
Los entierran sin ser identificados
Pese a que se realizaron diversas pruebas periciales —desde registros dentales hasta análisis genéticos—, nunca fue posible determinar su identidad. “Por lo que no quedó más remedio que dejarlos en este lugar, alejado de todos aquellos que alguna vez los vieron en vida”.
El ambiente está impregnado de un olor a muerte difícil de describir, que se intensifica con los 37 grados centígrados del entorno. El calor acelera la descomposición de los cuerpos, volviendo más cruda la escena con el paso de las horas.
Es una esencia que cala en el pecho, como una representación del dolor de quienes nunca pudieron despedirse de sus seres queridos.
De acuerdo con Héctor Jacomé Hernández, perito coordinador de Servicios Periciales en la Zona Norte, en lo que va de 2025 se han inhumado en estas fosas comunes a 109 personas: 56 el pasado 21 de marzo y 43 en este día.
Hay sobrecupo en las instalaciones forenses
Contexto: explicó que la principal razón para recurrir a esta medida, además de la ausencia de personas que reclamaran los restos, es el sobrecupo en las instalaciones forenses, donde calculó que hay entre 200 y 250 cuerpos sin identificar.
Comentó que en esta jornada se enterraron a 39 hombres y 4 mujeres, cuyos datos ya están integrados a la base de personas no identificadas de la dependencia. Afirmó que dicha base contiene información genética de fallecidos desde el año 2006 hasta la fecha.
Apoyados con palas y cuerdas, los agentes forenses depositaron los cuerpos en lo que podría ser su última morada.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
Aunque algunas cruces blancas con nombres escritos dan esperanza de que es posible salir del olvido —como ocurrió con Ángel o Felipe—, la realidad es abrumadora: una vez que se ingresa a este lugar, es casi imposible salir del sendero de quienes se quedaron sin nombre.
