Hoy en día, los proyectos de trenes están en auge en México, pero hace 10 años, en Puebla, se anunció una ambiciosa obra que costó más de mil millones de pesos, terminó en quiebra y los vagones del tren fueron integrados recientemente a uno de los proyectos de la llamada Cuarta Transformación.
Se trataba del Tren Turístico Puebla-Cholula, que fue anunciado en julio de 2015 por el entonces gobernador panista Rafael Moreno Valle. El objetivo era conectar de manera más eficiente la capital del estado con la zona arqueológica de Cholula, donde se encuentra la Gran Pirámide.
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Contexto: así fracasó el tren Puebla-Cholula
Tras varios problemas, retrasos y un aumento en el costo del proyecto —que pasó de 800 a 1,113 millones de pesos—, el tren fue finalmente inaugurado el 23 de enero de 2017 con bombo y platillo por el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Moreno Valle.
Durante los primeros días, el tren generó gran interés entre los poblanos y los turistas, quienes podían viajar desde el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos en Puebla hasta la zona arqueológica de Cholula en cuestión de minutos. Sin embargo, la emoción se desvaneció rápidamente.
Durante los primeros dos meses, el servicio fue gratuito para que las personas pudieran conocer este medio de transporte, que recorría apenas 17 kilómetros con trenes compuestos por sólo tres vagones.
A pesar de ello, el tren nunca logró llenar sus capacidades, y mucho menos cuando el precio del viaje fue de 60 pesos de ida y 60 de vuelta, es decir, 120 pesos por una distancia relativamente corta.
Además del alto costo, este tren, diseñado para fomentar el turismo, pasaba por parajes desiertos, lotes baldíos y fábricas, así como por zonas con alto tráfico y problemas de seguridad, lo que hacía que la vista no fuera la más atractiva para los turistas.
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El fantasma de la corrupción
Otra falla fue que solo operaba con dos estaciones terminales. Aunque inicialmente se proyectó que contaría con tres estaciones intermedias (Estación Mercado Hidalgo, Estación La Unión y Estación Momoxpan), algunas de estas estaciones fueron construidas pero nunca utilizadas, lo que representó una pérdida de 30 millones de pesos por cada una.
Con el paso del tiempo, surgieron más detalles sobre la obra. No solo hubo un sobrecosto, sino que también la empresa constructora Tlaxcalteca de Industrias, S.A. de C.V. técnicamente no existía al inicio de las obras, a pesar de que se le había adjudicado el contrato de manera directa, y se constituyó legalmente semanas después de iniciar los trabajos.
Medio año después de la inauguración, el Tren Turístico Puebla-Cholula operaba muy por debajo de su capacidad, con una ocupación inferior al 10%. Esto hizo cada vez más complicado y costoso mantener los viajes, pues movilizar a cada usuario le costaba al gobierno estatal 1,500 pesos, lo que hacía inviable continuar con la operación.
En cifras, así fue el fracaso del tren turístico
El Tren Turístico Puebla-Cholula fracasó económicamente debido a una combinación de factores financieros y operativos. Cada viaje costaba aproximadamente 28,600 pesos, pero solo se recuperaban 72 pesos por pasajero, lo que generaba una gran diferencia entre los ingresos y los costos.
Además, los costos operativos mensuales alcanzaban los 4.87 millones de pesos, lo que representaba un gasto anual de más de 55 millones de pesos. Con una baja ocupación, ya que el tren solo transportaba un promedio de 39 pasajeros por viaje (de una capacidad de 284), los costos fijos de operación se hicieron insostenibles.
La inversión inicial del proyecto fue de 1,100 millones de pesos, superando el presupuesto original de 800 millones, lo que empeoró la viabilidad financiera. Además, el proyecto fue financiado principalmente a través de adjudicaciones directas, lo que limitó la competencia y la transparencia en el proceso. Todo esto contribuyó al déficit y a la falta de rentabilidad del proyecto.
El mismo tren intentó ser promovido como un medio de transporte urbano para los pobladores, que podrían usarlo para llegar a sus trabajos. Sin embargo, el alto costo por viaje (que solo tenía tres corridas al día) y la falta de paradas intermedias hicieron que el gobierno optara por cerrarlo por completo, pues resultaba más viable suspenderlo que seguir con ganancias mínimas.
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Suspendieron el tren y lo vendieron a la 4T
En noviembre de 2021, ya bajo la administración del morenista Miguel Barbosa y en plena pandemia, se informó que el 31 de diciembre de ese año sería el último día de operaciones del tren, que quedaría congelado debido a su inviabilidad financiera.
Tras la muerte de Barbosa el 13 de diciembre de 2022, la gubernatura quedó a cargo de Sergio Salomón Céspedes, quien, aunque mostró interés en un posible regreso del tren, nunca encontró la forma de hacerlo viable sin números rojos, por lo que la idea fue descartada.
En 2024, el gobierno estatal vendió el Tren Turístico Puebla-Cholula a la Federación por más de 198 millones de pesos, que estarán a cargo de la Secretaría de Marina. La venta fue el resultado de tres avalúos realizados por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), con el último informe entregado en enero.
El tren operó entre 2016 y 2021, durante los cuales el estado gastó 344.2 millones de pesos en su funcionamiento, mientras que los ingresos fueron solo de 4.9 millones de pesos, lo que generó un déficit de 339.3 millones de pesos. Debido a la imposibilidad de reactivarlo o mantenerlo, se optó por venderlo al gobierno federal.
Finalmente, los trenes adquiridos por el gobierno federal terminaron siendo parte del Tren Interoceánico, que conecta principalmente Oaxaca con Veracruz. Las locomotoras ahora son utilizadas para el transporte de personas en la nueva ruta de pasaje del tren. Esta vía también será utilizada por trenes de carga, ya que el proyecto contempla la creación de varios polos de desarrollo industrial, lo que aumentaría la capacidad productiva del sureste del país.
De esta manera, Puebla logró recuperar una pequeña parte de todo lo invertido en este tren, aunque las pérdidas fueron a gran escala, y el proyecto pasó a la historia como uno de los grandes fracasos de la administración de Moreno Valle, quien falleció el 24 de diciembre de 2018, junto con su esposa, la entonces gobernadora Martha Erika Alonso.
¿Qué se sabe del tren México-Puebla?
Actualmente, con el auge de la Cuarta Transformación en el país, se analizan varios proyectos para la implementación de trenes de pasajeros, incluidos uno en Puebla que conectaría con la Ciudad de México y el estado de Veracruz.
El Tren México-Puebla-Veracruz es un proyecto en análisis que podría conectar los aeropuertos Felipe Ángeles y Hermanos Serdán. Las rutas consideradas incluyen San Martín Texmelucan o Apizaco.
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El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, indicó que se siguen realizando mesas de trabajo con el gobierno federal para avanzar en el proyecto.