TUXTLA GUTIÉRREZ.- A pesar de que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas informó que, el pasado 2 de marzo, detuvo a Cabrero “N”, alias “El Cabra”, presunto líder de un grupo criminal en la Selva Lacandona, pobladores y prestadores de servicios de esa región manifestaron su temor debido a que sicarios de ese personaje aún están libres.
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“El Cabra”, dijeron, sembró terror entre los lacandones, a tal grado de que lo acusan de diferentes delitos como el tráfico de cocaína en pistas de aterrizaje clandestinas, asesinatos, extorsión, lesiones agravadas, robo con violencia y hasta el cobro de piso.
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Uno de los prestadores de servicios en la zona de Lacanjá Chansayab, cuyo nombre se omite por temor a represalias, afirmó, en una breve entrevista con La Silla Rota, que aún sienten miedo porque hay integrantes de la agrupación delincuencial de “Los Cabras” que están prófugos de la justicia, como el caso de Alfonso “C”.
Agustín, ¿el “nuevo jefe”?
Entre otras cuestiones, comentó que la agrupación criminal que lideraba Cabrero ahora está en manos de su hijo identificado como Agustín, “porque quieren continuar con el dominio de la Selva Lacandona, lo que se nos hace peligroso”, advirtieron.
Otro habitante afirmó que no pueden llevar a los turistas a los recorridos por los senderos, “hay quienes desean ir a la Ciudad Perdida, pero, en mi caso, no me arriesgo a ir, porque puede ocurrir algo, y lo más primordial es la seguridad de todos”.
En un video, los denunciantes contaron que, hace como cinco días, gente armada, vinculada a “El Cabra”, disparó cerca de una escuela telesecundaria del barrio Bethel, de Lacanjá Chansayab, lo que fue presenciado por maestros y alumnos.
Como se informó en su momento, la FGE emitió una ficha de búsqueda de Cabrero, e incluso ofreció una recompensa económica (500 mil pesos) para dar con su paradero, hasta que fue hallado en Tabasco.
Asimismo, Jorge Luis Llaven Abarca, fiscal general de Chiapas, prometió que, en el crucero San Javier, de esa zona lacandona, quedaría instalado un grupo de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) y de la GN para evitar desmanes y que los criminales continuaran asediando a la gente.
Cayeron más, pero el peligro sigue
Además, el pasado 7 de marzo, la misma FGE emitió un boletín en el que dio a conocer que, en San Cristóbal de Las Casas, había detenido a cuatro personas por el delito contra la salud, uno de ellos identificado como José, al parecer hijo de Cabrero, quien está recluido en el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) número 14, conocido como “El Amate”, en el municipio de Cintalapa.
Según la información oficial, José les ofreció dinero (alrededor de 200 mil pesos) a los policías para que no lo arrestaran.
Otro criminal detenido a principios de este mes fue Alfredo “N”, alias “El Diablo”, jefe de plaza en la comunidad Nueva Palestina, Ocosingo, y quien se presume trabajaba en coordinación con “El Cabra”.
Según la FGE y la Secretaría de Seguridad del Pueblo, este sujeto fue arrestado luego de que se le hallara un arma de fuego, 13 cartuchos calibre 5.56 y un vehículo con reporte de robo.
El clima de violencia generado por estos personajes provocó que pobladores que se dedicaban al comercio o a otra actividad lícita se armaran e hicieran “filtros” o bloqueos para evitar la entrada de los sicarios, sobre todo en la parte de Frontera Corozal.
De hecho, tuvieron que efectuar otras acciones como una marcha, en la que exigían la presencia de la GN y el desmantelamiento del grupo criminal liderado por “El Cabra”.