Pachuca.- Hace cuatro años Abigail fue separada de sus hijas por su expareja. Cuando su proceso comenzó, ella estaba en busca de apoyo y escucha ante la desesperación de no poder ver a sus niñas. Entonces llegó como víctima a la asociación Ley Sabina, pero ahora se integró para ayudar a otras mujeres en la misma situación.
En entrevista con LSR Hidalgo, Abigail Díaz Acosta contó su verdad: “yo soy víctima de violencia vicaria. Mis hijas son víctimas de violencia vicaria”, y relató la historia que la llevó a convertirse en activista por los derechos de las madres autónomas.
“Llegué a Ley Sabina justamente como víctima, iniciando con actividades como donar ropa para la asociación… hubo una convivencia el día 11 de mayo de referente a la violencia vicaria y fue donde me acerqué y me di cuenta que yo era víctima de esa violencia”, contó.
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La violencia vicaria fue definida como “el daño provocado a una mujer a través de una acción u omisión que afecte física o psicológicamente a sus hijas, hijos, persona con la que tenga otro parentesco o relación afectiva”, de acuerdo con el Código Penal de Hidalgo.
“Se las llevó con mentiras y no me las regresó”
La hidalguense tiene dos hijas, una de seis años y otra de 11, quienes viven con su papá desde el año 2021, cuando Abigail y su expareja decidieron separarse. Al inicio las niñas vivieron con ella, pero un día “se las llevó con mentiras, ya no me las regresó”. Días más tarde inició un juicio por guarda y custodia, y él obtuvo el derecho provisional.
El juicio finalizó pronto, ya que Abigail firmó un convenio en el que le cedió al papá la guarda y custodia de sus hijas. “Fue por mi desconocimiento en el tema completamente, yo no sabía que me estaba perjudicando a mí”, explicó.
En 2022, Díaz Acosta inició el proceso para recuperar la tutela de las niñas, que entonces tenían dos y ocho años de edad, pero también comenzaron las carpetas de investigación falsas en su contra y el hostigamiento por parte de su expareja.
“Todo esto se me ve como obstáculo para poder recuperar la guardia y custodia. Se me ven limitadas las convivencias con mis hijas, la comunicación, el estar en contacto con ellas en sus escuelas y además porque las cambia también constantemente. Entonces, pues es parte de la violencia vicaria que ejercen los agresores utilizando a los hijos, pues para seguir dañando a la madre”, explicó.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) desestimó varias de las investigaciones en su contra por falta de pruebas, pero en otras ella busca la negociación, aunque —según denuncia— los procesos se alargan para presionarla en la patria potestad de las menores.
Abi señaló que al inicio sus hijas fueron víctimas de manipulación y violencia psicológica, por lo que las integró a las actividades de la asociación civil Ley Sabina, esto para “que tengan una perspectiva diferente de qué es lo que está pasando y creo que está funcionando”.
Las niñas no perdieron contacto con su madre hasta ahora, sin embargo, no siempre fue así, ya que en varias ocasiones les fue negada la convivencia.
“Juntas duele menos”
La entrevistada destacó que estos procesos requieren de inteligencia emocional, contención y acompañamiento, por lo que acercarse a las asociaciones civiles, redes de apoyo y atención psicológica es parte del cuidado.
“Tratamos de hacer este acompañamiento y demostrarnos que realmente no estamos solas, que estamos juntas y que juntas a veces duele menos y pues que juntas también podemos más”, externó.
Durante la entrevista, la activista confesó que vivió dos años con depresión severa y ansiedad, pero aseveró que pudo recuperarse al generar redes de apoyo y acercarse a instituciones como el Centro de Justicia para Mujeres o el Instituto Hidalguense de la Mujer, donde las hidalguenses pueden obtener atención psicológica.
La violencia vicaria comienza desde el noviazgo
Abigail comentó que la violencia vicaria puede iniciar desde el noviazgo con comentarios como: “no estás preparada para ser mamá” o “los niños estarán mejor conmigo”. “Este tipo de cuestiones van avanzando”, advirtió, por lo que consideró importante contar con redes de amigas y estar cerca de la sociedad civil.
“Escuchen lo que te dicen en el exterior, lo que te dicen tal vez tus amigos, tus familiares, si te dicen el típico amiga date cuenta o el sal de ahí, hazlo. Hazlo, no te esperes a la segunda vez que te grite, no te esperes a la segunda vez que te insulte, dejemos de normalizar la violencia”, aconsejó a las mujeres.
Ella puntualizó a este tipo de agresión como “una violencia silenciosa, una violencia que no solo afecta a los niños, niñas, adolescentes y a las mujeres, una violencia que está saliendo apenas a la luz, pero que siempre ha sucedido. Y una violencia que es directamente hacia mujeres”.
La asociación a la que hoy pertenece Abigail —Ley Sabina— busca que las mamás afectadas por la violencia vicaria tengan acompañamiento psicológico “nos da la fortaleza para seguir peleando por nuestras infancias y también porque se sigan respetando nuestros derechos”, manifestó.
Agregó que la máxima expresión de esta violencia es el suicidio inducido de las madres que no soportan las agresiones y el asesinato de las infancias con el objetivo de lastimar a la progenitora, casos que no han sido detectados en Hidalgo, según los registros de Ley Sabina.
“...pero como madre, desde que te arrancan a tus hijos, desde que se los llevan es un vacío horrible que no sabría cómo explicarte, es un vacío, unas dudas enormes, el no tener comunicación con ellos, el evitar la comunicación o la convivencia con ellos duele muchísimo, duele muchísimo el saber que tú estás ahí y que lo están evitando y que tal vez ellos no se dan cuenta de esto”, relató sobre el dolor de la separación.
Hidalgo con 300 deudores
Al momento, la asociación Ley Sabina contabilizó un total de 300 deudores alimentarios en Hidalgo, tema en el que se especializan, pero también acompañan casos de reconocimiento paterno, guarda y custodia, violencia vicaria, familiar y en razón de género, según informó Abigail Díaz.
En el estado, solo existen dos carpetas de investigación iniciadas por violencia vicaria, “porque todavía hay desconocimiento de cómo se ejecuta esta agresión”, explicó la activista.
“Afortunadamente se está avanzando en ese aspecto, pero al final quienes deben tener ese conocimiento son las personas de primer contacto, los ministerios públicos, para saber cómo atender estas cuestiones de la violencia vicaria aquí en el estado y que no lo quieran manejar como violencia familiar”, declaró.
