Guadalajara, Jal.– La gasolina Magna comenzó a escasear en algunas zonas del área metropolitana de Guadalajara. Desde el fin de semana, múltiples estaciones de servicio han reportado dificultades para surtir el combustible de mayor demanda, principalmente en el sur de la ciudad.
El problema se atribuye a la aplicación de un nuevo reglamento federal impulsado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), cuyo objetivo es combatir el huachicol fiscal y reforzar la trazabilidad de los combustibles. Sin embargo, la medida ha generado retrasos en la distribución y complicaciones logísticas entre los proveedores.
En un recorrido realizado por La Silla Rota en veinte estaciones de servicio del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), se detectó que dos gasolineras de la marca BP no contaban con gasolina Magna (verde). Se trata de las ubicadas en la avenida Revolución y la calle Irineo Paz, así como en la avenida La Paz, al cruce con Federalismo, en Guadalajara.
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“Vine a cargar gasolina verde, pero no hay. ¿Le comentaron por qué? No, solo dijeron que no la habían traído. ¿Usted prefiere la roja o la verde? A mí me gusta la verde, porque me ahorro dinero y el carro funciona bien con ella. Tengo muchísimos años usando pura verde y nunca he tenido problema”, relató un taxista que acudió a la estación de servicio de la avenida La Paz, en Guadalajara, y que prefirió omitir su nombre.
En las otras 18 estaciones sí había disponible gasolina Magna y también Premium (roja). Estas se ubican en las avenidas Calzada Independencia, Lázaro Cárdenas, Patria, Circunvalación, López Mateos y Mariano Otero, así como en las calles Juan Álvarez y Mezquitán; Federalismo y Morelos; y San Gaspar y Cañada del Valle.
“No he tenido problemas para cargar. ¿En ninguna? No, todo normal. ¿Y no había escuchado que hay escasez de gasolina verde? Fíjate que no, no había oído”, comentó Elizabeth Flores Sandoval tras abastecer su vehículo con gasolina Magna en Tonalá.
En tanto, los trabajadores y encargados de las estaciones de servicio se negaron a dar entrevistas formales sobre el tema. Sin embargo, de manera extraoficial, comentaron que la escasez se debe a que “las pipas de Pemex no se dan abasto”, es decir, que el suministro resulta insuficiente para atender a todas las estaciones a tiempo.
Agregaron que la falta de combustible suele presentarse únicamente por periodos de entre 24 y 48 horas, tras los cuales las estaciones vuelven a contar con gasolina una vez que llegan las pipas a surtir.
Nuevas reglas, más controles
El nuevo reglamento exige que los distribuidores cuenten con trazabilidad completa del combustible desde su origen hasta la estación de servicio, además de permisos adicionales para cada carga. Las disposiciones también prohíben los trasvases, es decir, las paradas intermedias que antes realizaban los transportistas al mover gasolina importada desde Estados Unidos.
Ahora, el combustible debe llegar directamente a la gasolinera, sin escalas, lo que ralentiza el proceso de entrega y reduce la capacidad de respuesta de las empresas ante la demanda. Esta sobrerregulación ha provocado que varias terminales de distribución enfrenten saturación y retrasos en los despachos.
La terminal de Silos, una de las principales proveedoras de la metrópoli, suspendió operaciones al no cumplir con los nuevos requisitos. Esto ha afectado el abasto en colonias del sur de Guadalajara, donde la mayoría de las estaciones reportan desabasto de Magna y sólo ofrecen gasolina Premium.
Desabasto y saturación
La Terminal de Almacenamiento y Despacho de El Castillo, operada por Pemex, enfrenta alta saturación y precios poco competitivos, lo que ha desincentivado a los distribuidores privados a adquirir combustible en ese punto. Algunas estaciones han optado por no comprar gasolina antes que vender con pérdidas, ante la volatilidad de costos y la lentitud del abasto.
De acuerdo con reportes locales, de cada diez estaciones visitadas en el sur de Guadalajara, sólo tres contaban con gasolina Magna, todas de marcas distintas a Pemex. En el resto, las mangueras fueron desconectadas y los empleados desconocen cuándo se restablecerá el suministro.
Sobrerregulación y riesgo de escasez prolongada
Las medidas del SAT incluyen la instalación de controles volumétricos en todos los puntos de la cadena de suministro —fabricación, transporte, almacenamiento y venta— con el fin de vigilar cada litro de combustible que circula en el país. Estas exigencias, aunque buscan frenar el contrabando, han resultado difíciles de cumplir para los distribuidores más pequeños.
El incumplimiento podría derivar en sanciones o cierres temporales, lo que agravaría aún más la falta de gasolina en la región. Empresarios del sector advierten que el exceso de trámites y requisitos está generando un efecto contrario al esperado: en lugar de fortalecer la legalidad, está paralizando la distribución y afectando la disponibilidad de combustible para los consumidores.
Mientras tanto, las autoridades federales no han emitido un comunicado oficial sobre la duración de los ajustes ni sobre un posible plan de apoyo para garantizar el suministro regular de gasolina en Jalisco. La población, en tanto, comienza a resentir los efectos de un nuevo episodio de desabasto provocado por sobrerregulación y falta de coordinación entre las dependencias energéticas y fiscales del país.
