Licenciadas, ingenieras o en proceso de convertirse en profesionistas, además de cientos de ellas que no tienen estudios, las mujeres de la junta auxiliar de Santa María Coapan, en Tehuacán, Puebla, no dejan una tradición milenaria que ha convertido a esta comunidad a ser reconocida como la capital de la tortilla. Son al menos 600 mujeres que producen diariamente este alimento con el que abastecen a comunidades aledañas, como Azumbilla, Tepanco de López, Chapulco, Huajuapan de León.
“Las tortillas de Coapan las ponemos de diferentes tamaños y de diferentes sabores y colores. Hay gente a la que le gusta trabajar con maíz azul o blanco y las tortillas definitivamente son delgaditas y de tamaños diferentes”, dice a La Silla Rota la coapeña Gudelia Victoria Albino Méndez, quien habla náhuatl, tiene 62 años y hace unos días formó parte del comité que organizó la tradicional Carrera de la Tortilla.
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Gudelia Albino dice que sí se puede sostener de la tortilla. Gracias a esa labor dice con orgullo que pudo sacar adelante a sus dos hijas, quienes estudiaron Administración de Empresas y repostería, así como su hijo que es albañil. Ya con los hijos crecidos, Gudelia, quien por años se dedicó a echar tortillas, ahora se dedica a la cocina tradicional. Santa María Coapan, también conocida como la Capital de la Tortilla, tiene una población de 15 mil habitantes y diariamente producen entre 12 y 13 toneladas de maíz. Debido a que las mujeres sostienen a las familias, se ha convertido en un matriarcado en el que los hombres solamente apoyan.
En ningún lugar de México se venera tanto a la tortilla como en Coapan, una junta auxiliar de origen y cultura nahua. Tehuacán, es la segunda ciudad más grande del estado de Puebla y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2020, 24 mil 600 personas hablaban alguna lengua indígena, es decir el 7.53 por ciento de la población. Es por eso por lo que Coapan es rico no sólo a nivel gastronómico por la calidad de su tortilla, sino también a nivel cultural.
El costo de la tortilla aquí es de 26 pesos por kilogramo. Las mujeres tienen una jornada de trabajo que en promedio empieza desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde, de la cual puede sacarse una ganancia de 300 a 400 pesos, aproximadamente, según los cálculos de Gudelia Albino.
Actualmente el proceso de hacer tortillas se ha vuelto más rápido, por la existencia de 55 molinos en la comunidad.
“Ahora somos modernas. Los jóvenes ya se van a vender sus tortillas con pantalón, con tenis, pero sí usan su mandil, porque es una tradición que ellos siguen trabajando”, comentó Gudelia.
A pesar del ambiente de inseguridad que muchas mujeres atraviesan en su día a día, para las coapeñas que venden tortillas hay un respeto acordado por todos. Gudelia asegura que jamás se sintió insegura mientras vendía tortillas porque ya la conocen.
“Nadie nos apoya, somos independientes, no dependemos de nadie”, aseguró con determinación Gudelia.
Ni siquiera reclaman apoyo del Ayuntamiento de Tehuacán, pues en la última Carrera de la Tortilla, celebrada el pasado 4 de agosto, la comunidad intervino legalmente y mediante un amparo impidió que las autoridades municipales pudieran inmiscuirse en el evento en el que participaron 400 mujeres corriendo con varios kilos de tortillas de maíz dentro de un tenate o cesta alta y ovalada hecha de palma o tule que cargan en sus espaldas.
Hace dos años la comunidad presentó otro amparo para que les permitieran vender libremente sus tortillas a los alrededores del mercado de Tehuacán.
Las coapeñas son mujeres que no dependen de ninguna autoridad más que de ellas mismas. Ellas deciden. Ellas trabajan. Ellas se defienden y son respetadas.