TUXTLA GUTIÉRREZ. - El padre José Filiberto Velázquez Florencio, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, AC, con sede en Guerrero, fue perseguido este miércoles por la mañana por hombres armados que se trasladaban en una camioneta, a la altura de la presa Malpaso, en Chiapas.
De acuerdo con el relato del sacerdote, los sujetos, todos armados, lo comenzaron a perseguir luego de que él y dos escoltas que le brinda el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos, se detuvieran en un “parador” a desayunar.
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En entrevista con La Silla Rota, Velázquez narró que desde el sábado pasado llegó a Tuxtla Gutiérrez porque fue invitado como padrino de generación de los egresados de la Escuela Normal Rural Mactumactzá, además de hacer otras actividades con el equipo que trabaja en este estado en materia de derechos humanos.
“Pasando el puente de la presa hay un parador, ahí esas personas nos detectaron, y fue más adelante que una camioneta (marca Jack), sin placas, con cinco hombres adentro, con gorra y armados, se nos acercaron, pensamos que nos rebasarían, pero se pegaron y nos hacían señas de que nos detuviéramos. Encendían sus luces para que nos paráramos, pero escapamos”, detalló.
A pesar del peligro, comentó que el chofer aceleró hasta llegar a la caseta de peaje de Malpasito, donde lograron ponerse a salvo. “Les ganamos el paso, no les dimos oportunidad de acercarse mucho”.
Indiferencia de la Guardia Nacional
Lo más lamentable, afirmó, es que en un retén de Malpasito sólo había dos elementos de la Guardia Nacional, quienes no tenían vehículo, ni otra forma de ayudarlos.
“Fueron muy indiferentes ante nuestra denuncia, y de hecho uno de los elementos le comentó a mi escolta: ‘Si los quieren matar, a lo mejor adelante les cortan, pero como está blindada, no se preocupe’”, en referencia al vehículo en el que viajaban.
Aseguró que en Veracruz recibieron el apoyo de una patrulla de Protección Federal, misma que los escoltó para que cruzaran esa entidad y llegaran a Puebla.
Para él, advirtió, esta persecución es parte de un mensaje que le quieren dar por su activismo, debido a que fungió como defensor de los 95 alumnos y alumnas de la Escuela Normal Mactumactzá, de Tuxtla Gutiérrez, que fueron detenidos hace tres años en la caseta de peaje de Chiapa de Corzo a San Cristóbal de Las Casas y viceversa; también se inmiscuyó en el caso de presos del municipio indígena de Oxchuc, hace seis meses.
Lamentó que la criminalidad esté más organizada que el Estado, “por mi actividad pública, se sabe dónde ando, y no descarto que haya sido un mensaje”.
De hecho, José Filiberto Velázquez es parte del Mecanismo de Seguridad luego de que, en octubre del año pasado, sufriera un ataque a balazos cuando salía de Tixtla para dirigirse a Chilpancingo.
Como en la entidad chiapaneca fue imposible detenerse y proceder de manera legal, reveló que ese proceso lo hará ante instancias federales, “porque en Chiapas pareciera que las fuerzas policiacas sólo están para detener la migración, porque otra cosa no hacen”.