OAXACA. - El acceso a algunos restaurantes en la capital de Oaxaca se ha vuelto casi imposible para la población local, los que antes eran fondas, loncherías, cafeterías populares han puesto “alfombra roja” para el turismo extranjero, mientras que los propios vecinos y mexicanos viajeros han sentido el desinterés por parte del gremio restaurantero al momento de que se les va a ofrecer el servicio.
Las experiencias negativas de quienes han enfrentado este tipo de actos han sido compartidas en distintos momentos en redes sociales y con ello abierto el debate sobre la gentrificación en Oaxaca, pues los costos también han aumentado de manera gradual desde las rentas hasta una taza de café.
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A la lista de críticas se sumó el restaurante Los Danzantes quienes en recientes fechas trataron a un grupo de comensales, en su mayoría oaxaqueños, con menosprecio, indiferencia y engaños, para finalmente negarles el servicio.
A través de un post en su cuenta en redes sociales, uno de los comensales identificado con el nombre: Jorge Santiago; recordó que durante el 2006 solía comer en este lugar pues ante la ausencia de turismo, los menús se ajustaron para el consumo de la población local.
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“Pues bien, no solo ya no necesitan de los oaxaqueños, sino que activamente nos quieren alejados de ahí. Al menos esa es la impresión que me llevé”, expresó en su perfil de Facebook.
Su reflexión plantea la utilización que algunos establecimientos hacen de las y los oaxaqueños en momentos difíciles y la discriminación en momentos de bonanza.
El trato que recibieron fue de menosprecio, indiferencia y engaño, pues aun cuando les indicaron que les darían el servicio, esto no ocurrió y fueron notificados al cabo de mucho tiempo de espera, mientras que distintos grupos de turistas eran acomodados.
“Aun escribiendo estas líneas lo hago con un coraje e impotencia que lamentablemente se está volviendo lugar común para los Oaxaqueños en nuestra propia tierra. Un golpe de realidad para mí, pero como siempre lo tomaré como un reto para seguir buscando ese Oaxaca que habita en mi memoria, ese el cual aún me pertenece”, reflexionó.
Éste no es el primer caso de discriminación de algunos establecimientos hacia la población local. Las experiencias relatadas han colocado en la agenda social el problema de la gentrificación y sus impactos en quienes habitan la entidad. Los propios oaxaqueños ya se han manifestado contra esta problemática. Sin embargo, hasta el momento de la publicación de esta nota no hay algún plan o propuesta por parte del gobierno oaxaqueño.
La gentrificación, término acuñado en 1964 por la socióloga Ruth Glass, es el remplazo de una población existente, por un fenómeno de retorno de la “gentry” (alta burguesía), que da como efecto el aumento de los precios de la propiedad y el desplazamiento de los residentes de la clase trabajadora, por otras clases de mayor poder adquisitivo.
Un proceso de gentrificación, apunta, da como consecuencia el encarecimiento de la vivienda, rentas y servicios, y puede generar el deterioro del paisaje urbano, precarización del empleo y desposesión simbólica, entre otros.