OAXACA

Presas de Tomaltepec, Oaxaca, de oasis a llanura agrietada

La Silla Rota acudió al poblado donde Don Lorenzo Martínez Agustín de 82 años recuerda con tristeza que donde hoy es un desierto antes estaba lleno de agua

Créditos: LSR/ Citlali López (Corresponsal LSR)
Escrito en ESTADOS el

OAXACA. - Apenas es marzo y la presa es una llanura rajada de grietas. El agua se acabó hace un mes y medio, sólo quedó un charquito verde donde revolotean mosquitos. Es la peor sequía al menos en los últimos 40 años en la localidad ubicada en la región de los Valles Centrales de Oaxaca. Don Lorenzo Martínez Agustín, el habitante de mayor edad en la población, mira al horizonte y sus diminutos ojos no reconocen el lugar.

“Aquí antes estaba llenito de agua. Ahora esta lleno de tristeza”, cuenta melancólico

La presa La Rosita quedó completamente seca a inicios de febrero. El bajo nivel hacía que los peces aletearan buscando donde acogerse. La población rescató 4,000 y los llevó a La Mina, presa construida cerro arriba en donde todavía queda un 50 por ciento de su almacenamiento.

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Presa La Mina | Fotografía de Citalli López (Corresponsal LSR)

Pensadas en abastecer de agua los cultivos, las presas se construyeron en 1968 durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz como presidente de México. Desde entonces, venían cumpliendo su función hasta finales del año pasado cuando empezaron a disminuir su nivel.

“El tiempo ha venido cambiando. Mis padres tuvieron terrenos en la Cañada, así le llamamos al monte. Aquí tenemos dos presas que trabajan en serie. Toda esa agua alimentaba al pueblo. El tiempo ha cambiado y no llueve como antes. Los campesinos en ese entonces sacaban de 14 a 16 carretadas de mazorca y ahora todas esas tierras ya no producen, inclusive ya las lotificaron para vender”, relata don Lorenzo cuando busca entre los recuerdos de sus 82 años.

Lorenzo Martínez Agustín | Fotografía de Citalli López (Corresponsal LSR)

Al paso del tiempo las cosechas fueron disminuyendo a tal grado que quizá sólo el 10 por ciento de la población aún siembra y el resto se dedica a la talabartería, panadería y comercio. Además de que al menos unos 400 habitantes migraron a Estados Unidos.

En 2020, la población en Santo Domingo Tomaltepec estaba conformada por 3,386 habitantes (48.8% hombres y 51.2% mujeres). En comparación a 2010, la población en Santo Domingo Tomaltepec creció un 21.4%. Sin embargo, las autoridades de la localidad estiman que la sequía podría llevar a un decremento de la población.

La falta de agua en la localidad es grave y se refleja en la presa Rosita en donde sólo hay un suelo gris que, con cada paso se desmorona como polvorón. Sus alrededores también pintan un panorama lúgubre que advierte que lo más difícil aún está por venir. 

En sus viviendas la población comienza a resentirlo. Sólo hay una hora de agua cada tercer día. Como nunca se hizo necesario, los hogares no tienen cisternas. El almacenaje lo hacen en ollas y tinacos, explica Elizabeth Robles Martínez.

“El agua viene una hora o dos, por más a qué hora vamos a llenar la ollita de agua que tenemos en la cocina. Para lavar llené unos botecitos de lo poquito que cayó. ¿Qué podemos hacer? Si abrimos la llave sabemos que hay agua, si no ni cuenta nos damos. Lo que estamos haciendo es gastar poquita agua y reciclar”.

Así se ve la presa La Rosita, donde antes había agua ahora hay un desierto | Fotografía de Citalli López (Corresponsal LSR)

Sequía y abandono del campo

Va para tres años que la temporada de lluvia no ha sido como anteriormente era. Esto ha impedido que se recarguen las presas que a su vez alimenta los mantos freáticos para los pozos que suministran los hogares.

“Hace dos años la presa La Rosita estaba llena, hace un año ya no se llenó y este año ya está seca. Yo tengo 37 años y en lo que tengo uso de razón nunca la había visto así”, expresa Omar Martínez Martínez, presidente del Consejo de Vigilancia de Bienes Comunales de Santo Domingo Tomaltepec.

Camino a la presa La Rosita | Fotografía de Citalli López (Corresponsal LSR)

Él es talabartero, mientras realiza su trabajo explica que en estas fechas los campesinos empezaban a preparar sus tierras para comenzar a sembrar alfalfa, maíz, garbanzo, ajo y lechuga. Esta vez existe incertidumbre porque no hay suficiente agua para el riego. “Es como aventarse un volado”.

“Muchos ya no quieren arriesgarse. Aquí la ganadería también era una actividad económica buena. La gente tenía sus toros, sus borregos, ahora uno o dos tienen ¿por qué? porque pastura ya no hay, ese es el detalle en el pueblo”.

Martínez Martínez destaca que el que la presa La Rosita esté seca es grave porque por filtración abastece los pozos de agua potable y también ayudan a que se mantenga el Árbol del Tule, pues aseguran que permea hacia el milenario ahuehuete, ubicado a unos cuantos kilómetros.

Su importancia también radica en ser un lugar que da de beber a la fauna que habita en los montes de Tomaltepec entre estos armadillos, tigrillos, venados y leopardos.

“Muchos paisanos están empezando a migrar otra vez. Si hacemos un conteo al cálculo, en Estados Unidos habrá unas 400 personas del pueblo”.

“Esto que está pasando nos causa tristeza y preocupación. Apenas estamos en marzo y nos falta abril que es cuando pega más el calor. No sabemos qué va a pasar con la otra presa”. Por lo pronto solicitaron al gobierno estatal ayuda para desazolvar La Rosita a fin de que al llegar las lluvias pueda haber mayor captación.

El sol del mediodía castiga con fuerza la tierra agrietada como si quisiera desaparecer toda la vida que aún se aferra a la superficie de la tierra. Cada surco se convirtió en una historia silenciosa de hombres y mujeres que trabajaban el campo para alimentarse. Es un recordatorio de la fragilidad de la vida frente a la naturaleza y un urgente llamado de atención para preservar los recursos que nos sustentan.

El lugar se ha convertido en un lugar más árido y con vegetación muerta por sed | Fotografía de Citalli López (Corresponsal LSR)
  • El Dato

Las presas de Santo Domingo Tomaltepec se ubican a 40 minutos de la capital del estado. Además de la función vital que cumplen, las presas son un lugar recreativo donde se practica pesca, bici o senderismo.

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