MEXICALI. - El cuerpo de un joven con pantalón camuflado y botas militares que fue expulsado por el oleaje sobre unas rocas en Ensenada, Baja California, sería el primero de los siete soldados arrastrados por una ola el pasado miércoles 21 de febrero. Según datos extraoficiales, el cadáver que tenía el rostro cubierto con lo que parece pintura blanca y no llevaba camisa, fue localizado por bañistas este domingo por la mañana, pero a la fecha ninguna autoridad ha confirmado su identidad.
Fuentes del gobierno de Ensenada cercanas a los trabajos de búsqueda y recuperación únicamente refirieron que aparentemente la Guardia Nacional (GN), se habría hecho cargo de la escena. Los otros seis jóvenes, todos entre los 21 y 25 años de edad que estaban próximos a concluir su preparación para integrarse a las filas de la GN, permanecen en calidad de desaparecidos. Según los testimonios de los padres los jóvenes eran entrenados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
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El operativo para encontrarlos continúa con la participación de 15 elementos de la División de Rescate Acuático de Bomberos y 10 integrantes de la asociación civil Ensenada Búsqueda y Rescate (ENSAR).
“Las labores coordinadas integran la participación de buzos, personal pie tierra y uso de drones y aeronaves. Además, se han desplegado 3 unidades tipo pick ups, una cuatrimoto, una embarcación y una camioneta, así como una ambulancia”, informó Manuel García Fierro, subdirector Operativo de Bomberos.
El área de búsqueda comprende nueve polígonos al sur de la Base Aérea Militar No 3 El Ciprés, donde los jóvenes soldados fueron arrastrados por el alto oleaje. Algunas familias viajaron desde sus lugares de origen, como el estado de Sonora y la ciudad de Tecate, Baja California, para demandar mayor información a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que se ha mantenido hermética.
“Estamos con la incertidumbre que no nos dicen nada y por medio de adentro del Ciprés hemos tenido noticias, nos han hablado soldados que están en México, que ya llegaron las siete bajas de los ya fallecidos”, dijeron las familias.
El pasado viernes de febrero, ofrecieron una conferencia de prensa y confirmaron que el grupo ingresó al mar pese al mal temporal alertado por la capitanía de puerto, siguiendo órdenes de un superior que se habría dado a la fuga después de la tragedia.
También dijeron que contaban con datos confusos y contradictorios sobre la cantidad de soldados que seguían luchando por su vida en mar abierto, y denunciaron que no habían podido comunicarse con los cuatro jóvenes rescatados el mismo miércoles 21 de febrero para saber qué fue exactamente lo ocurrió ese día.