Ante la situación de violencia e inseguridad que se vive en el estado de Guerrero, los obispos de la provincia eclesiástica de Acapulco emitieron un comunicado conjunto para pronunciarse sobre la paz en la entidad. El comunicado está dirigido a las comunidades diocesanas, a los agentes de pastoral y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que viven en el estado.
De acuerdo con el comunicado, los obispos han decidido levantar la voz en nombre de los que no la tienen, de los que son oprimidos, perseguidos y humillados; con el propósito de hacer valer sus derechos, exigir justicia y construir la paz. Los obispos buscan defender la vida y la dignidad humana.
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“El grito ensordecedor de las personas y familias que han sido víctimas de múltiples formas de violencia tiene que ser escuchado por todos aquellos que deben asegurar la legalidad en nuestro estado y país, los que pueden contribuir a restablecer un orden justo en la sociedad y aquellos que dañan a la sociedad”, se lee en el comunicado.
En este contexto, los obispos hacen un llamado para que las personas adultas, principalmente padres de familia, fomenten las “actitudes de paz” entre sus miembros, así como las relaciones saludables con los vecinos y demás miembros de la comunidad a la que pertenecen, y a evitar relacionarse con aquellos que “promueven la cultura de la muerte”.
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“Invitamos a las comunidades creyentes a asumir la convicción de que la paz nace de quienes se abren a Dios, promueven la fraternidad, una cultura y una espiritualidad de solidaridad y de paz e invocan constantemente a Dios en la oración” (cf. Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos, 209).
También hacen un llamado a las autoridades para que dejen de lado su actitud de indiferencia e intervengan ante la situación de violencia que padecen las comunidades que los eligieron para gobernar. Recalcan que su indiferencia y la impunidad de la que están pecando elevan los niveles de descontento social y obliga a las comunidades a actuar por cuenta propia.
En cuanto a los criminales que han sumido a Guerrero bajo la sombra de la violencia, los obispos les han hecho un llamado para que sesén con sus abusos en contra de las familias, los pueblos y las ciudades y los dejen desarrollar sus vidas en medio de un clima de paz, en el que puedan ir a la escuela y al trabajo sin temor a no regresar.
“Todos necesitamos un ambiente libre de intimidación y violencia para conservar nuestra integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar nuestro patrimonio material, disfrutar de nuestra familia, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente nuestra fe”.
“Nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar; mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación”, exclaman.
El comunicado fue firmado por Monseñor Leopoldo Gonzáles Gonzáles, Arzobispo de Acapulco; Monseñor José de Jesús Gonzáles Hernández, Obispo de Chilpancingo, Chilapa; Monseñor Joel Ocampo Gorostieta, Obispo de Ciudad Altamirano; y Monseñor Dagoberto Sosa Arriaga, Obispo de Tlapa.
VGB