Damnificados de Acapulco han comenzado un peregrinar de albergue en albergue en busca de agua potable y un techo que los cubra de la lluvia pues, a 15 días del paso del huracán “John”, sus casas siguen bajo el agua o llenas de lodo.
Tal es el caso de la familia de la señora Heredia, quienes tuvieron que “mudarse” al refugio instalado en el Fórum Mundo Imperial, en la Zona Diamante, debido a que el albergue donde estaban cerró, ya que era una escuela y este lunes 7 de octubre se tenía previsto reanudar clases presenciales en la mayoría de los centros educativos de Guerrero.
Ante esto, la señora Aída Heredia, su hermana, su cuñado, su hija, su nieta y su perrito tuvieron que buscar un nuevo lugar donde quedarse, pues su fraccionamiento fue arrasado por “John”, dejándolos sin luz, agua y muebles.
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“Tuvimos que salirnos porque el agua nos llegaba arriba del pecho, ya no podíamos estar adentro. Pasaron tres días para que pudieran rescatarnos. Toda la planta de abajo de mi casa se perdió. Tratamos de subir las camas, los colchones, mesas, sillas, pero el agua entraba y tumbó todo”, cuenta doña Aída a La Silla Rota.
Aída y su familia llegaron el domingo al refugio instalado en Palacio Mundo Imperial, en el que trabajadores del gobierno de Guerrero y del Ejército mexicano proporcionan alimentos, atención médica y regaderas a casi 300 personas que aún no pueden regresar a sus casas.
Las regaderas son alimentadas por pipas y se encuentran en el estacionamiento del Complejo. Este servicio tiene un horario de las 07:00 horas a las 21:00 horas.
El albergue temporal instalado en dicho complejo turístico sigue recibiendo a damnificados, en su mayoría de los fraccionamientos Luis Donaldo Colosio, Real del Palmar, Joyas del Marqués, Costa Dorada, entre otros, pues sus viviendas siguen empantanadas, sin agua potable y los refugios instalados en escuelas están cerrando.
El refugio instalado en Mundo Imperial es custodiado por elementos de las Fuerzas Armadas; mientras que los damnificados se hacen cargo de las labores de limpieza del lugar. Protección Civil y trabajadores del Estado se encargan del registro y atención de las personas. La gente puede entrar y salir; sin embargo, las puertas se cierran a las 22:00 horas.
“Estamos apoyando a la población, que sepan que van a tener un apoyo seguro en lo que recuperan sus cosas y su trabajo”, dijo el comandante Enrique Martínez.
”Mi hija me dice que huyamos de Acapulco”
Lo que fue el sueño de vivir en el paraíso se convirtió en una pesadilla para doña Aída, pues los huracanes “Otis” y “John” destruyeron su patrimonio y dejaron a su hija sin empleo.
Ante esto, las hijas de Aída le suplican huir de Acapulco y regresar a la Ciudad de México, de donde es originaria; no obstante, se niega a dejar lo que constituyó con años de trabajo.
“Hemos perdido todo. Todavía no nos reponíamos de Otis, con trabajo nos estábamos levantando, comprando nuestras cosas y ahora John se volvió a llevar todo. Fue peor porque ahora sí perdimos ropa, muebles, todo”, lamenta Aida.
“Mi hija me dice ‘ya vámonos, vámonos de Acapulco’. Pero le digo ‘es que es mi casa, la compré con mucho sacrificio’. No sé la verdad qué hacer”.