PUEBLA. - Valentín N intentó asesinar a Adriana Monserrat Francisco Gutiérrez, su ex pareja, a pesar de que en su contra existe una orden para no acercarse a ella por haberla golpeado en abril de 2023. Contra él pesa la carpeta de investigación 4055/2023 por violencia familiar y ahora la 0684/2024 por violencia familiar y lesiones dolosas.
El pasado 18 de enero Valentín N llamó al sobrino de Monserrat para decirle que iba a pasar a entregarle un teléfono celular de ella y para recoger algunas de sus pertenencias. Cuando el joven salió para recibir el teléfono el agresor le echó el carro encima.
Te podría interesar
Montserrat salió de su domicilio para defender y proteger a su sobrino menor de edad. Al verla él bajó del auto, la golpeó en la cara e intentó arrebatarle su teléfono celular, pero al no conseguir quitárselo se subió de nuevo al vehículo e intentó arrollarla.
“Mi reacción fue agarrarme del cofre para no caer y es cuando me arrastra desde la 16 Sur de Los Héroes hasta la incorporación a Periférico mientras me gritaba ‘tírate o te tiro en Periférico. Tírate o te tiro en Periférico’”. Monserrat tiene esguince de primer grado, la columna afectada y debe usar collarín por un tiempo indeterminado.
Justo cuando Valentín N estaba a punto de incorporarse a Periférico un automovilista se le alcanzó a cerrar para impedirle el paso hasta que llegaron las autoridades y lo detuvieron. “Ahora fue aprehendido en flagrancia (…) la vez pasada que me golpeó y lo denuncié él huyó, luego tramitó un amparo contra la orden de aprehensión y desde entonces varias veces estuvo afuera de mi casa”.
A pesar de los elementos que pesan en su contra el 22 de enero Valentín fue liberado por el juez de control Víctor Abraham Silva Saviñón López, quien consideró que “no era necesaria la prisión porque mi vida no corría peligro y sólo lo vinculó a proceso”, afirma Monserrat.
El juez corrupto y autoridad sin perspectiva de género
La única medida cautelar que el juez le impuso al presunto feminicida es la firma periódica, por lo que podrá seguir el proceso en libertad. Saviñón López fue denunciado en 2022 por supuestos actos de corrupción, golpes y misoginia en contra de abogados de Chiautla de Tapia, municipio de la mixteca poblana, quienes aseguraron que pedía moches de entre 20,000 y 50,000 para agilizar casos.
Montserrat teme por su vida y la integridad de su familia, “porque mi agresor siempre me dijo que yo había acabado con su vida por hacer público que me golpeaba y que ‘si yo seguía con esto me iba a ir mal’”.
En un video colgado en redes sociales este jueves pidió a la Fiscalía General del Estado que le brinde protección, que el Poder Judicial de Puebla actué con perspectiva de género y al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina le solicitó apoyo para que sus dos carpetas de investigación sean atendidas y se le garantice justicia.
El caso de Monserrat ocurre en Puebla, un estado donde en los primeros 11 meses de 2023 marcaron al 911 alrededor de 20 mil 382 mujeres, 72% fueron para denunciar violencia familiar, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Un agresor reincidente
Adriana Monserrat Francisco Gutiérrez, originaria de Teloloapan, Guerrero, llegó hace cuatro años a Puebla para estudiar derecho y buscar oportunidades de crecimiento profesional y laboral. Antes de que terminara sus estudios de licenciatura en el Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla comenzó a trabajar en el Comité Directivo Estatal del PRI y en 2015 cofundó el Consejo de Estudiantes del Estado (CEDE), una organización que hizo un Protocolo contra la Violencia de Género en Universidades de Puebla y que en mayo de 2022 exigió justicia para Cecilia Monzón, la activista asesinada por Javier López Zavala, un político que pudo ser gobernador de Puebla.
Conoció a Valentín N en el Instituto de Ciencias Jurídicas donde ambos fueron estudiantes; por un tiempo sus caminos se separaron: ella egresó y él decidió estudiar derecho en la BUAP. En agosto de 2021 Monserrat abrió el karaoke Emotions en la ciudad de Puebla y él se hizo cliente frecuente.
“Ahí comenzó una bonita amistad: en todos lados estábamos juntos”. Comenzaron una relación de noviazgo que se transformó en vida de pareja cuando por una operación ella requirió de cuidados y se mudó a la casa de Valentín N donde pasaban temporadas alternadas con otras en la casa de Monserrat.
Valentín N, entonces de 27 años de edad, resultó ser un agresor que la alejó de su entorno familiar y sus amigos: “siempre que bebía había insultos y agresiones físicas”, dijo Monserrat en una entrevista telefónica realizada en 2023.
Quienes me conocen, publicó Monserrat en sus redes sociales, “saben que soy una mujer fuerte y luchadora que defiende a otras mujeres. Sin embargo, dejé de defenderme a mí misma. Me daba pena y miedo hablar, pero sé que debo hacerlo porque se lo debo a todas las personas que me ayudaron a salir de la situación en la que estaba metida”.
Monserrat salió a divertirse con unas amigas el 11 de febrero de 2023 y al volver a la casa su agresor la “insultó diciendo que parecía ‘puta’ bailando como ‘pendeja’ con mis amigas (sic)”. Ella le dio dos cachetadas y le exigió “no me llames puta (sic)”. De lo que pasó después recuerda “un fuerte golpe y estar levantándome del suelo con mucha sangre en mi rostro. Me dio un puñetazo que me dejó inconsciente y fracturó mi nariz”.
Vinieron las amenazas: “Me dijo que las cachetadas que le di habían provocado que él me golpeara. Me hizo sentir culpable y me amenazó diciéndome que si yo hablaba lo perjudicaría en el juicio que puso su ex pareja en su contra en la Ciudad de México también por violencia familiar”.
Desde ese 11 de febrero ya no cesó la violencia física y verbal, y la psicológica fue en aumento. “Siempre me culpó. Me decía: tú tan empoderada, que estás contra la violencia, recurriste a la violencia con las cachetadas”.
Fueron su red de apoyo, familiares, amigos y compañeros de trabajo los que sostuvieron a Monserrat para que presentara una denuncia penal contra Valentín N: “fue tanta mi pena de decir ‘he venido defendiendo a mujeres que les pasa esto que me está pasando’. Mi mente me jugó mal: pensé ‹la gente recurre a mí porque me ve empoderada, y yo iba a perder su confianza si decía que estaba viviendo una situación como de las que ayudo a las personas a salir”.
En la última semana de abril pasado intentó ahorcar a Monserrat y la amenazó diciéndole que “si denunciaba o le decía a alguien lo que pasaba, me mataría”. En ese momento, agrega, “entendí que mi vida estaba en peligro y sin que él se diera cuenta me alejé de su casa con algunas de mis pertenencias”.
Fueron sus amigos quienes alertaron a la familia de Monserrat sobre lo que estaba viviendo. Al enterarse, “me dijo que se encargaría de que sus contactos en la Fiscalía General del Estado de Puebla dieran carpetazo a mi denuncia y que le pondría un ‘cuatro’ a mis amigos, y que nos íbamos a arrepentir por meternos con él”.
Mi intención, dijo Monserrat, es judicializar la carpeta y seguir con mi procedimiento legal, porque “la única manera que tengo de seguir siendo Monserrat, la Monse de siempre, es alzar la voz y hacer por mí lo que he hecho por otras personas. Hago esto también para que cuando Valentín intente tocar a una mujer piense que conmigo hubo consecuencias y que habrá más consecuencias”.
Y aunque esa primera carpeta fue judicializada en octubre de 2023 hasta enero de 2024 “es la fecha en que no fijan audiencia inicial contra mi agresor”. Monserrat está decidida a “no ser parte de la estadística de feminicidios y quiero vivir sin miedo. Quiero que se haga justicia y que nunca más una mujer sea víctima de Valentín N, porque no soy la única que lo ha denunciado por violencia”.
Por esta segunda agresión el juez la fijó hasta el 23 de marzo y su abogado interpondrá una apelación en contra de la decisión del juez Víctor Abraham Silva Saviñón López que lo dejó libre.