Un emocional abrazo lleno de sentimientos encontrados fue el que se dieron este 6 de mayo más de 150 familias al reencontrarse tras muchos años sin poder reunirse, verse o hablarse en persona, debido a que se encontraban separadas por las políticas migratorias de México y Estados Unidos.
La incertidumbre y temor de que las autoridades migratorias de Estados Unidos se percataran del encuentro que tuvo lugar en la línea fronteriza entre ambos países en Ciudad Juárez del lado mexicano y en El Paso del lado estadounidense, no impidieron que las familias se dieran ese fuerte y deseado abraso que su condición de ilegales les había negado.
El encuentro entre los familiares de ambos lados de la frontera, que llevó por nombre "Abrazos, no muros", fue organizado por la Red en Defensa de los Derechos de los Migrantes, que ha realizado este evento en 10 ocasiones, con el objetivo de unir a las familias como una forma de protesta contra las políticas migratorias de ambos países.
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Esta zona fronteriza está saturada por miles de migrantes, muchos de ellos incluso viven en las calles o en edificios abandonados, pues los albergues ya no tienen espacio, y los Gobiernos de ambas ciudades no les ofrecen apoyo.
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El esperado encuentro con sus familiares, que para muchos duró más de una década, tuvo lugar amenizado por música mexicana, y con las banderas de ambos países, como símbolo de unión de ambos lados de la frontera.
Ahí, la mexicana Margarita Piña Martínez comentó a EFE lo difícil que ha sido vivir separada de su hijo, a quien tenía dos años sin ver.
"Es muy duro estar sin ellos y en estos pocos minutos que lo vea le voy a decir que siga trabajando y 'echándole ganas' (esforzándose) que lo queremos y que aquí estamos".
Carmen Bautista, también comentó que tenía más de 20 años sin ver a uno de sus primos, quien cruzó la frontera para buscar darle una mejor vida a su familia.
"Tengo 22 años sin ver a mi primo, sin poder abrazarlo, las palabras sobran. Ya que lo abracé pues, la verdad fue una gran emoción. Él se fue para darle una mejor vida a su familia y me dio mucha emoción poderlo ver nuevamente".
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Y Modesta Ríos, tenía 17 años sin poder abrazar a su hija.
"Es algo muy bonito verla otra vez, abrazarla, nos abrazamos y fue emocionante. Es muy triste estar separadas, es difícil estar tanto tiempo sin ver a mi hija."
El encuentro que se realizó este sábado se llevó a cabo en total secreto, pues previamente las autoridades de Texas se enteraron de este y comenzaron a poner alambre de púas en el lugar en el que se llevaría a cabo, por lo que tuvo que cambiarse la dirección y mantenerse privada.
Pese a los inconvenientes y problemas que implica la realización de este tipo de eventos, el director de Border Network for Human Rights (Red Fronteriza por los Derechos de los Migrantes, en español), Fernando García, comentó que continuarán promoviendo este evento mientras siga habiendo familias separadas por las políticas migratorias.
"Es importante que se entienda que, si hablan de migración, hablan de seres humanos, se debe de tratar de acabar con el racismo. Que aquellos que quieren ir a trabajar a Estados Unidos, lo hagan legalmente, que existan las políticas para esto", dijo.
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Tras la reunión entre Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y Elizabeth Sherwood-Randall, asesora en Seguridad Nacional de los Estados Unidos, llevada a cabo el martes, se anunció que tomarían medidas para abordar la situación humanitaria causada por los flujos migratorios en la región.
EL primer punto a tratar por ambos países será el combate a los traficantes de personas, así como mejorar los esfuerzos que se hacen en Centroamérica para tratar las causas fundamentales de la migración. Específicamente, México y Estados Unidos redoblarán sus esfuerzos de desarrollo enfocados en el apoyo persona a persona.
VGB