El Tren Maya ya comenzó a vender sus boletos los cuales se agotaron en cuestión de minutos, esto quiere decir que mucha gente quiere visitar la mega obra estandarte del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se espera que este 15 de diciembre inicie operaciones en el tramo 4 de la obra, que va Campeche hasta Cancún y esto ya está empezando a generar consecuencias.
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El Tren Maya fue anunciado con bombo y platillo, prometiendo generación de turismo en las regiones y progreso para las regiones, pero los habitantes ya están padeciendo de la llamada “turisficación”, dicho concepto se refiere a las consecuencias que sufre una población al recibir una afluencia alta de turistas.
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Bacalar, es uno de los lugares más bonitos de Quintana Roo, antes del tren ya era visitado por cientos de turistas, por aquí se espera que pase el tramo 6 de este Tren Maya, para unir con Tulum.
María Luisa Villarreal asesora comunitaria y habitante de Bacalar, en el estado de Quintana Roo ya se ha posicionado ante este tema y ha opinado que:
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“Este es un proyecto que se presentó como un proyecto de justicia social, es decir, donde se le va a hacer justicia a las comunidades y las comunidades van a poder aprovechar los beneficios del desarrollo, pero eso tiene un costo” dijo a la agencia de información EFE.
Aracely Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema) ha dicho que el costo que tendrán que pagar los habitantes va a ser el cambio de vida de las comunidades, falta de transparencia en la firma de convenios, ocupación de tierras y el incumplimiento en la obligación de las autoridades, pues no han pagado lo justo.
“La mayor parte de las comunidades no quieren este tipo de desarrollo, no quieren más hoteles, centros comerciales, fraccionamientos en sus áreas. Se han expropiado más de 2.700 hectáreas, la mayoría de ejidos, en algunos casos hay quejas de que no les han pagado o no les han dado lo suficiente o han incumplido con lo que les habían prometido”, dijo Domínguez.
¿Qué consecuencias trajo la turisficación?
La grave situación con la que ya se están enfrentando los habitantes está enfocada al desplazamiento de sus comunidades, uno de esos factores ha sido que las viviendas que se están construyendo están meramente enfocadas para los turistas, para ellos no se ha pensado.
“Vivir en Bacalar es carísimo. Por ejemplo, un cuarto de renta en Bacalar te cuesta lo que te cuesta una casa completa rentada en Chetumal (la capital del estado). ¿Dónde va a vivir la población local?”, sentencio Villarreal.
En la región los trabajadores están a toda marcha, trabajando día y noche para sacar adelante la obra, pero no se tiene un plan definido por el desplazamiento de la población local y desarrollo urbano, quienes de por sí ya tenían problemas de falta de acceso a servicios como la salud e infraestructura.
Además del ya conocido impacto ambiental, donde se ha deforestado al menos 200.000 hectáreas que ayudaban a mitigar las inundaciones en la zona, ya que al ser una cuenca las lluvias que se generan en otras partes, como en Campeche, el agua llegaba a este lugar.