TUXTLA GUTIÉRREZ.- Como una medida de presión para que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (hoy Inami) les brinden sus documentos para transitar por México de forma libre, un grupo de migrantes, de los casi 8 mil que iniciaron el pasado lunes una caravana desde Tapachula, se cosieron los labios en el municipio de Huixtla, Chiapas.
Al grito unánime de “¡Sí se puede, sí se puede!”, los extranjeros, de diferentes nacionalidades, sobre todo de Centro y Sudamérica, permitieron que sus bocas quedaran “selladas”. Una de las migrantes, a quien la impulsaban con la frase: “No estás sola” y “El pueblo, unido, jamás será vencido”, cierra los ojos mientras la costuran con hilo de seda. Luego, la mujer que le hace el procedimiento, le da un abrazo.
El proceso se repitió con otros migrantes, mientras compañeros y compañeras los alentaban. Como se sabe, las miles de personas en movilidad salieron de Tapachula el pasado lunes, a las 6 de la mañana, y caminaron, en un primer tramo, hasta la localidad Álvaro Obregón, es decir avanzaron 15 kilómetros. Luego siguieron hacia Huehuetán, por otros 20 km, y hasta hoy, han caminado 50 km.
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Ese día, al menos seis hombres venezolanos y hondureños y cinco mujeres salieron encadenados y con banderines blancos para pedir paz y documentos de tránsito para poder salir de esta “cárcel” en la que han estado varados durante días y meses en espera de documentación que acredite su estancia legal en México.
De acuerdo con Irineo Mujica, director de Pueblos Sin Fronteras (PSF) y coordinador de la caravana, ésta se conforma por 8 mil migrantes, de los cuales 4 mil son mujeres e infantes.
De hecho, el funcionario dijo que permanecerán en Huixtla hasta este viernes, en espera de que el Inami (antes INM) les brinde una respuesta positiva a sus demandas.
“Esto salva vidas, la verdad. Aquí nos vamos a quedar, vamos a valorar cómo viene el huracán y aquí vamos a quedarnos a descansar hoy”, señaló.
Como lo ha mencionado, se augura que un porcentaje de migrantes que caminan en el grupo se animen a viajar a Acapulco, Guerrero, como parte de una bolsa de trabajo que se requiere para la reconstrucción de ese lugar luego de los estragos del huracán “Otis”.
Según la agenda de la caravana, se pretende llegar hasta la Ciudad de México.