Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, casi nunca se ha dejado ver. Durante décadas ha permanecido en las sombras. Sin embargo, hace algunos años hizo una sorpresiva aparición, “simbólica” en el funeral de su cuñado y padre de uno de los jefes de un brazo armado de la organización criminal.
Desde hace muchos años, “El Mayo” Zambada es considerado uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo y, hasta hace algunas semanas, era uno de los blancos prioritarios de la justicia de Estados Unidos.
Junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán y Héctor “El Güero” Palma, a finales de la década de 1980, Ismael “El Mayo” Zambada fundó el Cártel de Sinaloa.
Te podría interesar
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP EN ESTA LIGA
Sin embargo, tras la detención de los dos primeros capos, “El Mayo” quedó como único líder del Cártel de Sinaloa. El fin de semana se reveló que Ismael Zambada ha sido detenido una sola ocasión, por un error de un agente federal, quien después de saber de quién se trataba, lo dejó libre.
La aparición “simbólica” de “El Mayo” Zambada ocurrió en junio de este año, en el funeral de Eliseo Imperial López, padre de uno de los jefes de un brazo armado del Cártel de Sinaloa.
Imperial López también era el hermano de la esposa de “El Mayo”, Margarita, por lo que eran cuñados.
Aquel día, en redes sociales circuló la fotografía de una corona de flores que “El Mayo” Zambada le habría enviado a su cuñado fallecido con la leyenda: “De parte de Ismael Zambada”.
La otra “aparición”
En otra aparición simbólica de “El Mayo” Zambada fue igual en febrero de 2022 cuando envió una enorme corona de rosas rojas, amarillas y azules, cuyo diámetro del aro era de más de dos metros y medio y en el centro una cinta de pésame en la que se leía: “Ismael Zambada, dan la bienvenida a los deudos que asisten a las pompas fúnebres del padre Isidro ‘chilo’ Guerrero Macías”, obispo de Mexicali.
Ese funeral fue en la capilla de San Isidro Labrador, ubicada a un costado de la casa paterna del obispo de Mexicali, que falleció a consecuencia de las secuelas de Covid-19.
Hijo de pescadores, el padre “Chilo” fue un sacerdote polémico, querido por unos y odiado por otros. Nunca le perdonaron que en la humilde casa donde vivió se convirtiera en una gran mansión, con capilla privada.
La crítica más fuerte que le hacían era por su supuesta cercanía con los narcotraficantes.
Sin embargo, la gente de Iraguato, en Navolato, Sinaloa, lo recuerda como un hombre bondadoso, que los ayudó en todas sus necesidades tanto económicas como morales.
“Fue un hombre de Dios, que estuvo siempre con los más necesitados, eso es lo que debemos de recordar”, dijo una de las moradoras de esta población.
“Entre más grande el arreglo más pecados, muertes, torturas, corrupciones se le perdonan”, dijeron otros.