Aunque Ismael “El Mayo” Zambada es una persona intocable, al menos una vez fue detenido, pero por un “error” de un agente federal que no sabía a quién estaba arrestando, por lo que tras hablar con sus jefes, dejó en libertad al capo, líder máximo del Cártel de Sinaloa y quien nunca ha pisado la cárcel.
“…fue un error, fue una equivocación de un agente federal que no sabía a quién estaba arrestando y al último lo dejó ir, recordemos que ‘El Mayo’ también necesita otra facción para mantenerse donde está, porque en cuanto se vaya la facción de ‘Los Chapitos’, él va a hacer el único, va a quedar como target, un objetivo número 1 del Cártel de Sinaloa”, advierte el periodista Luis Chaparro, en entrevista con La Silla Rota,
Este periodista independiente habló con Dámaso López Serrano, El Mini Lic, hijo de Dámaso López Núñez, “El Lic” o “El Licenciado”, otro de los líderes del Cártel de Sinaloa, y cuya entrevista se publicó en la revista Proceso.
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De acuerdo con Luis Chaparro, “El Mayo” Zambada es el líder máximo del Cártel de Sinaloa y siempre ha utilizado a diversos personajes como escudos, a fin de mantener un bajo perfil ante las autoridades de justicia de México y Estados Unidos y, con ello, poder evitar su detención.
“El Mayo siempre ha tenido un ‘frontman’, ha tenido a “El Chapo”, antes fueron los (hermanos Arellano) Félix, ahorita tiene a ‘Los chapitos’, entonces “El Mayo, por un lado, trata de mantener a sus enemigos cerca para aventarlos de frente, ha aventado de frente a sus propios hijos con tal de librar la cárcel. En esta entrevista histórica que hizo (Julio) Scherer (fundador de Proceso), él mismo lo dice, con palabras textuales, que le tiene pavor a la cárcel, que no sabe si tiene los arrestos para matarse antes de pisar la cárcel, pero que le tiene pavor a pisar la cárcel”.
“Otra cosa que han dicho fuentes de los Zambada, lo dicen con respeto, es que el viejo es muy culón, cuando escucha que viene un convoy del ejercito a tres ranchos de donde él esta, él se levanta, deja su cervecita, se despide y se va para su rancho. Él no se espera que crucen otros círculos de seguridad, ‘usualmente nosotros nos esperamos, ya cuando están muy cerquita pues decidimos irnos y dejar gente peleando, porque esa es una muestra de tu poder, de tu valentía y de que yo no corro a la primera, y El Mayo nunca ha necesita mostrar eso, todos sabemos que El Mayo se pone en movimiento a tres ranchos de distancia y corre al suyo a esconderse’.
“Y eso es parte de lo que ha mantenido a sus enemigos cerca para entregarlos, entregar a quien tenga que entregar para que no lleguen a él, irse en cuanto pueda para que no lo arresten. Yo quiero imaginar que tiene muy buenas conexiones del otro lado de la frontera, de Estados Unidos, con agencias federales de alto nivel”.
La entrevista con “El Mini Lic”
Este fin de semana, Proceso publicó la entrevista entre Luis Chaparro y Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”, quien reveló cómo los líderes del Cártel de Sinaloa pactaron la entrega de 10 millones de dólares (unos 200 millones de pesos) a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón.
Dámaso recuerda una reunión en su pueblo, El Dorado, entre Ismael “El Mayo” Zambada, Joaquín “El Chapo” Guzmán y su padre, Dámaso López Núñez, “El Lic” o “El Licenciado”. En la reunión, cuenta “El Mini Lic”, se estaba pactando un pago para García Luna.
“Estaban viendo cómo reunir diez millones de dólares para entregárselos a García Luna a cambio primero de protección y de acabar con los rivales. Y al que enviaron, particularmente (Arturo) Beltrán Leyva, fue a mi papá, a él ‘se lo sentaron’, como decimos nosotros”, dice.
Dámaso asiente: “Es mucho dinero para todos, pero en esa reunión se pensaba así: si te decomisan un cargamento en la Ciudad de México eso te va a costar unos ocho millones de dólares por una tonelada. Entonces si pagas diez millones y te asegura que vas a pasar mil toneladas por ahí sin problema, entonces creo que diez millones es un regalo”.
Cuenta cómo entre varios, incluyendo su padre, pusieron un millón cada uno para reunir los diez, pero ese era un pago parcial. El acuerdo era que Arturo Beltrán Leyva pusiera otros diez él solo, pues a decir de Dámaso el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México estaba dividido: una parte era de Beltrán Leyva y la otra de Jesús Reynaldo El Rey Zambada, hermano menor de "El Mayo" Zambada.