TUXTLA GUTIÉRREZ.- Por las noches, un hombre alto, fornido, con un elegante traje negro con botones de oro y enormes botas con espuelas de plata se pasea por las calles de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Algunos dicen que este lúgubre personaje ataca a quien daña a la naturaleza, pero otros cuentan que también tiene un gusto especial por las mujeres. Se trata de El Hombre del Sombrerón.
Algunos vecinos afirman haberlo visto, pero solo silueta, porque si alguien pretende ver su rostro no podrá hacerlo, pues este sujeto utiliza un sombrero negro que cubre gran parte de su rostro y espalda.
Cuenta la leyenda que El Hombre del Sombrerón elige previamente a sus víctimas, quienes al verlo las paraliza, sufren de angustia, miedo indescriptible e incapacidad de hablar o gritar.
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Los que lo han visto afirman que El Hombre del Sombrerón trasmite a su víctima escalofrío por todo el cuerpo.
Dicen que la apariencia de El Hombre del Sombrerón cambia si se trata de una mujer de ciudad o de una mujer de alguna ranchería, lo único que no se modifica es su inseparable sombrero.
Narran que su vestimenta cambia de acuerdo a quien su víctima. Si es una mujer, entonces El Sombrerón se disfraza de catrín citadino, pero si es de rancho, se viste de humilde ranchero, y si se trata una joven indígena, se transforma en un indio guapo.
El Hombre del Sombrerón echa mano de todos sus trucos para enamorar y conseguir que las mujeres se vayan con él, por eso se dice que ofrece joyas, aretes y collares, y cuando la mujer acepta este sujeto las lleva a cuevas distantes. Nunca más se vuelve a saber de sus víctimas.
A veces solamente se encuentra su capa en las cuevas adonde se refugia este malvado ser.
La leyenda cuenta que un día, una joven se escapó de la cueva donde la tenía El Hombre del Sombrerón. La chica se robó muchas de las joyas que el malvado tenía en su cueva. La familia de la muchacha progresó con ese dinero y dejó de ser pobre.
Este ser diabólico también disfruta robándose a los niños, los engaña dándoles juguetes que trae colgados a su enorme sombrero. Los niños nunca más aparecen.
En la región se dice que en vida, El Hombre del Sombrerón se dedicaba a asaltar carruajes y que de esos hurtos provienen todas las joyas con las que seduce a las mujeres. Murió debido a las torturas a las que fue sometido cuando fue detenido. Su cuerpo nadie lo enterró, tampoco rezaron por su descanso eterno o por la salvación de su alma, por eso, todas las noches se le ve vagando ofreciendo sus riquezas a las mujeres que se topa en el camino y que nadie vuelve a ver.
El Hombre del Sombrerón, con su combinación de misterio, horror y una pizca de seducción, se ha convertido en un ícono de las historias de terror en Chiapas.