ACAPULCO.- Una hora antes del impacto del huracán Otis en el puerto de Acapulco, Guerrero, el narco comenzó a operar. Poco después de las 22:00 del 24 de octubre, el crimen organizado convocó al saqueo de comercios ubicados sobre la zona hotelera, de acuerdo con fuentes de seguridad nacional.
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El robo de tiendas departamentales de alta gama fue el objetivo primordial de la operación. Al dar la instrucción a los operadores de base, se ordenó no tocar dos cadenas de artículos de primera necesidad, a través de las cuales el narco lava dinero (Círculo K y Neto).
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En el puerto de Acapulco, como en todo el país donde el crimen organizado tiene presencia, nadie puede realizar una actividad ilícita sin tener su autorización. Después de dar el aval para el saqueo en la zona costera, el robo se extendió a las colonias populares.
La rapiña a las tiendas comenzó con los de artículos de primera necesidad hasta llegar a los comercios de computación, ropa, pintura, motocicletas, así como las tiendas de empeño.
La convocatoria fue imparable. Cientos de personas no dudaron en romper vidrios y puertas para saquear todo lo que estuviera disponible a sus manos.
El aval del crimen organizado para robar los comercios no respetó a las tiendas excluidas por el narco, por lo que comenzaron a pedir cuotas por botín, así como a sentenciar de muerte a las personas identificadas como saqueadores de sus establecimientos.
Al siguiente día de Otis, se reanudó la venta de droga y extorsiones
La nueva dinámica del narco en Acapulco al entender que la venta de droga y extorsiones a comercios estaría suspendida por el fenómeno meteorológico continuó en los siguientes días.
Tras el saqueo, el cual no ha parado, el crimen organizado se enfocó en el robo de combustible, así como en atracos a la entrada del puerto. Distintas personas en redes sociales han documentado los robos.
Ahora inició el robo de condominios, aseguran
Además, de acuerdo con las fuentes del gabinete de seguridad nacional consultadas, el crimen organizado tomó un nuevo objetivo.
Ahora, han comenzado a robar condominios de la zona exclusiva abandonados por sus dueños. Las autoridades han identificado camionetas con artículos de lujo transportados por personas ajenas a las moradas.
El pronóstico que tienen las autoridades sobre las actividades del crimen organizado, es comenzar a regular los precios de los productos alimenticios, así como de primera necesidad una vez que comience a establecerse una nueva normalidad. También, pedir cuota por la venta de fierro y objetos reciclables que abundan en todo Acapulco.
Durante los saqueos, las autoridades locales no trataron de impedir los robos. Ante la ausencia de un Estado de seguridad, la rapiña se extendió a todo Acapulco. Solo se respetaron los establecimientos de dueños únicos como tiendas, comercios de alimentos o ropa en zonas populares.
En los días siguientes, la convocatoria llegó a miles de personas a continuar con los robos. Ahora en empresas de bebidas o alimentos ubicadas a la entrada del puerto sobre el Bulevar.
La situación no ha parado. Los robos, huachicol, así como robos a departamentos de la zona Diamante continúan. El Ejército y la Guardia Nacional han comenzado a realizar recorridos en la zona costera y Diamante.
Sin embargo, en las colonias populares es muy reducida la presencia. El crimen organizado sigue manteniendo el control de las actividades, así como ordenando toques de queda en barrios populares donde la ausencia del Estado es evidente.
Durante una entrevista a medios locales el pasado sábado, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, informó sobre el envío de 15 mil soldados para garantizar la seguridad de los habitantes y del puerto.
En Acapulco habitan más de 800 mil personas, lo que equivale a que cada soldado apoyaría a garantizar la seguridad de 53 ciudadanos.
Por el momento, Acapulco sigue en la penumbra, sin luz y con un inminente toque de queda por el temor a salir a las calles y ser víctima del crimen organizado, quienes han visto una reducción de sus ingresos.