“Falta, pero creo que todo va bien”, dijo la viuda de Margarito Martínez en entrevista luego de un acto conmemorativo realizado en Tijuana con motivo de su primer aniversario luctuoso en el que se le brindó un minuto de aplausos. Hace un año exactamente el lunes 17 de enero del 2022, Esquivel Martínez fue asesinado de tres disparos con un arma calibre 9 milímetros que accionó Adrián y/o Manuel Ramos (a) “El Uber”.
José Heriberto Ochoa Díaz (a) “El Huesos”, grabó el crimen con un teléfono celular, ambos hoy están sentenciados por un acuerdo con la fiscalía en el que aceptaron su responsabilidad a cambio de 25 años de prisión; esto es cinco años menos que la pena mínima por homicidio calificado. Christian Adán (a) “Cabo 16”, uno de los autores intelectuales, de acuerdo con la Fiscalía General Estatal de Baja California (FGEBJ), no aceptó la negociación y regresará ante el juez el próximo 28 de abril para iniciar el juicio en su contra.
“Cabo 16”, según la autoridad investigadora, habría recibido la orden de David (a) “Cabo 20”, quien se encuentra en prisión preventiva en la ciudad de Tecate y que es acusado de un homicidio distinto; por lo que la autoría intelectual del asesinato Margarito Martínez sigue impune. Este mismo lunes, el fiscal general Ricardo Iván Carpio dijo que hay satisfacción porque lograron su trabajo; llevó a cabo la detención y sentencia de una parte de los responsables.
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“Tenemos un doble compromiso: con la ciudadanía, con la justicia y con el medio periodístico. Es mantener lo logrado y hacer todos los esfuerzos necesarios para completar lo que falta”, afirmó en entrevista con reporteros durante un evento de graduación de nuevos policías.
La presencia de la familia de Margarito Martínez en Tijuana, de acuerdo con su viuda, fue solo “un viaje relámpago”, ya que tuvieron que tras el homicidio tuvieron que dejar la ciudad como medida de precaución. Este mismo temor, recordó María Elena, la llevó en alguna ocasión a pedirle a Margarito que dejara el trabajo que diariamente lo hacía salir por las noches de su humilde vivienda para ir a escenas del crimen y otros eventos policiacos.
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“(Tuvimos que irnos) Por seguridad, porque toda la noche no me dejaba dormir con el radio, era su vida el periodismo”, agregó María Elena, quien se resignó y aprendió a querer el oficio de su esposo.
“Fue algo que a él todo el tiempo le gustó. Nunca renegó de su trabajo, al contrario, no le importaba el peligro, pero todo tiene sus consecuencias. Gracias a Dios no fue un expediente cerrado o muerto, hay resultados”, comentó sobre el avance de las investigaciones.
Al acto conmemorativo, realizado en la plaza cívica Libertad de expresión, también acudió el cónsul de Estados Unidos en Tijuana, Thomas E. Reott.
“Estamos muy preocupados por el alto nivel de violencia contra los periodistas aquí en México, y sabemos que el gobierno de México comparte con nosotros esta preocupación, estamos trabajando con el gobierno de México para intentar mejorar la situación”, dijo en breve entrevista.
DJC