CHIAPAS

A capa y espada, así defienden mujeres su “pulmón” natural del ecocidio

Maquinaria pesada acabó con decenas de árboles de una montaña en San Fernando y familias peligrarían por un posible deslave y otras consecuencias de la tala ilegal

Su lucha se intensificó el sábado 15 de este mes, debido a que notaron que la maquinaria no se detenía y avanzaba hacia arriba con los trabajos que, en principio, serían de limpia, pero luego vieron que se trataba de una deforestación sin precedente.
Su lucha se intensificó el sábado 15 de este mes, debido a que notaron que la maquinaria no se detenía y avanzaba hacia arriba con los trabajos que, en principio, serían de limpia, pero luego vieron que se trataba de una deforestación sin precedente.Créditos: Christian González
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Un grupo de mujeres está parado frente al bautizado Cerro del Santuario, en el municipio de San Fernando, a 15 minutos de la capital de Chiapas, pues desde hace días máquinas retroexcavadoras y motosierras acabaron con decenas de árboles de ese llamado “pulmón natural” y no está dispuesto a que se continúe con el ecocidio.

Dos de ellas, Guadalupe Trejo y Edalí Santiago, encabezan a las defensoras de ese patrimonio natural del que, dicen sin titubear, se abastecen de agua los casi 40 mil habitantes que pueblan esa municipalidad, pues en el mismo hay mantos acuíferos.

Su lucha se intensificó el sábado 15 de este mes, debido a que notaron que la maquinaria no se detenía y avanzaba hacia arriba con los trabajos que, en principio, serían de limpia, pero luego vieron que se trataba de una deforestación sin precedente.

En una reunión con funcionarios municipales, entre éstos la síndico María Castillejos Escobar (pariente del actual presidente de ese poblado) y el responsable de Protección Civil, Iván López Aquino, se enteraron de que había un permiso para hacer no solo esa “limpia”, sino un proyecto más ambicioso.

Foto: Christian González

En copias de una parte de una escritura notariada que obran en poder de ellas (proporcionadas por el mismo titular de PC), aparecen como dueños de una parte de ese cerro José María y María José, ambos de apellidos González Alvarado, quienes no se han presentado al lugar, ni son conocidos.

Para el domingo 16 de este mismo mes, el propio alcalde morenista de San Fernando, Juan Antonio Castillejos Castellanos, recibió en su oficina a las mujeres inconformes y les aseguró que nunca pasó por el cabildo un permiso de esa magnitud, “que no sabía nada de eso, y prometió actuar conforme a la ley”.

Sin embargo, las mujeres defensoras del Cerro del Santuario no esperaron la promesa y se adelantaron: el 21 de octubre acudieron ante la Fiscalía Ambiental para interponer su denuncia por ecocidio, pues, además, según ellas, están en riesgo, cerca de 400 familias al menos de forma directa.

“LOBOS” ACECHAN RESERVA

Lo que aún no tienen claro, coinciden las mujeres, es si el cerrito es una reserva estatal o nacional, aunque refieren que al parecer también la conocen como la ANP “Las Ánimas”.

Mientras tanto, una parte de ese espacio está “pelón”, y en otras se continúa con la tala de más árboles. De hecho, refiere Guadalupe Trejo, según ahí se pretende construir un mirador, cabañas y hasta un laboratorio (no especificaron de qué tipo); “pero tampoco es certera esa información”, confiesa.

Entre otros detalles, los pobladores creen que el daño va más allá de lo que sus ojos alcanzan a mirar, debido a que tienen datos de que en la parte de atrás del cerro también talaron árboles y hasta “ya lotearon”.

Foto: Christian González

De acuerdo con las denunciantes, la lucha por defender ese “monumento natural” no es reciente. En 1980, rememoran, empresarios intentaron “levantar” una compañía cementera, “pero fueron nuestros padres, quienes ahora son ancianos, los que lo impidieron y, tras luchar, lograron reforestar lo impactado en ese mismo sector”.

En esa ocasión, recuerda de nuevo Guadalupe, varias rocas cayeron sobre algunas viviendas, producto de la misma deforestación que se hacía, y por eso se preocuparon y se “armaron en valor” para frenar el daño.

Por ello, dice otra vecina, cuando vieron que en esta ocasión la afectación era mayor, no dudaron en plantarse en esa parte e impedir que las máquinas entraran. “El presidente nos mandó policías (para resguardarlas)”, advierten.

Pero la lucha no acaba ahí, pues esperan continuar ahora con la concientización de más pobladores y de los que, de una fuente pública que está en medio de San Fernando, aprovechan agua cristalina para comercializarla de casa en casa, ya sea en pipas o por medio de personas que utilizan burros con ánforas, mejor conocidos como “burriteros”.

PERMEA LA APATÍA

Sin embargo, advierten Guadalupe y Edalí, ya tuvieron sus primeros acercamientos, pero no hubo una respuesta positiva. “No se dan cuenta de que, si se acaba el cerro, se acabaría o estaría en peligro su fuente de trabajo e ingresos, el agua”, dejan en claro.

Las entrevistadas muestran a La Silla Rota un video grabado antes del “ecocidio”, e incluso fotografías de cómo una masa forestal verde cubría todo ese cerro. “¡Y mira hoy cómo luce! ¡Es terrible!”, reviran.

Así se veía el cerro antes del ecocidio. Foto: especial

Por su parte, Rosario Vázquez de la Cruz, también nativa del barrio Santuario y cuya familia también estaría en peligro, advierte que no está dispuesta a moverse hasta que se repare el daño.

Aunque, confiesa, al parecer no todos están preocupados porque son pocas las que se movilizan para defender el cerro.

Concepción Morales evidencia, por su lado, que le preocupa cómo mucha fauna fue afectada. Desde hace 28 años de vivir en esa zona, el ver conejos, ardillas, venados, jabalíes e incluso hasta tigrillos, en la actualidad eso se empieza a acabar, menciona.

“Entristece porque es parte de nuestra naturaleza, pero más porque mucha gente no se quiere meter a defender”, manifiesta la mujer, quien está convencida de que, si ella lucha, es por sus hijos y las futuras generaciones.

No obstante, todas las denunciantes ponen en duda la postura de las autoridades municipales, pues creen que podría haber un interés “oscuro” o “debajo del agua”, pues actuaron solo porque ellas presionaron.

“Como presidente municipal, (Juan Antonio Castillejos) tenía el deber de mandar a llamar al titular de Protección Civil para pedirle explicaciones, pero no lo hizo”, cuestiona Edalí, quien duda de la buena fe mostrada por él una vez que vio la magnitud del problema.

 

(djh)