APRENDIZAJE DICIEMBRE

Diciembre: al abrazo completo

Diciembre es un periodo que da motivos para el encuentro o el desencuentro, que es motivo de los mejores deseos pero también de las más grandes nostalgias y tristezas. | Joel Hernández Santiago

Escrito en OPINIÓN el

Ya estamos en pleno diciembre. El frío ya nos abraza y nos aterie en la mayor parte del territorio mexicano, aunque el equinoccio de invierno comience el 21 de este mes, ya a unos cuantos días. 

El frío congela sobre todo a los estados del norte, tan acostumbrados como está su gente a que estas temporadas les traiga grados muy bajo cero y acaso nevadas. Las montañas de Chihuahua, por ejemplo, se visten de nieve y neblina; apenas se distinguen siluetas de seres humanos, casas, caminos y bosques con árboles ateridos que parecen quebrarse en cualquier momento. 

Y uno se imagina a los grupos de Tarahumaras sumergidos en ese frío que congela el cuerpo y el alma y uno quisiera mandarles calor y sol y luz, para ayudar un poco, pero, bueno… 

A diferencia de lo que ocurre en los estados del sur y sureste de la República, en donde son usuales los días soleados y calurosos, por lo que se sufren fuerte los fríos de diciembre y enero, no obstante que las temperaturas casi nunca bajan de cero grados. Es gente de sol y luz, y todos los distintos tonos de verde brillante y reluciente. 

Las fiestas decembrinas ya llegan. Comenzaron el 12 de diciembre con la celebración del 494 aniversario de la aparición de la virgen de Guadalupe en el Tepeyac, según la creencia religiosa-católica-apostólica-romana. Un día emblemático porque es cuando la mayoría de los mexicanos se une en una sola doctrina y con un solo motivo: su fe y su necesidad de protección y cariño. 

De hecho en todo el país se celebra a la Guadalupana ya en grandes iglesias, en capillas, en ermitas, cerca y lejos del mundanal ruido, por todos lados, aun en la más lejana ranchería o caserío, ahí mismo se celebra. No hay mayor convocatoria humana que este día en México cada año. Cosa que envidiarían la 4T y Morena para presumir su fortaleza. 

Y llegan las posadas y comienza la pachanga, la fiesta, el relajo, el solaz, el descanso cuando se tienen vacaciones de diciembre. Un periodo que da motivos para el encuentro o el desencuentro; que es motivo de los mejores deseos pero también de las más grandes nostalgias y tristezas. Depende de cómo le va a cada uno de nosotros en la feria de la vida, y su jugada.  

Luego vendrá la Nochebuena, en la que en general la familia se reúne para celebrar el nacimiento de Jesús. Es la noche en la que se supone que todos nos portamos bien, y somos buenos –que se dice- que nos vestimos de domingo y cenamos sabroso: los romeritos, el bacalao, la pierna al horno, las frutas, las colaciones… Huele a mandarinas, a tejocotes, a ponche de frutas y a mezcalito.  

Se celebra en armonía el nacimiento hace 2025 años de Jesús Cristo, el de Nazaret. Por supuesto el ideal de la celebración es estar reunido con los seres más queridos, aunque no siempre es así y también hay quienes lo pasan en soledad. Pero es a fin de cuentas una noche buena, especial. Y se recuerda a quien dijo que amáramos al prójimo como a nosotros mismos y quien nos dijo que había que perdonar, para ser perdonados, como él mismo perdonó a sus verdugos. 

Y es que es así. Diciembre es un mes de celebraciones religiosas. De celebraciones que se incrustan en lo íntimo, aunque también da tiempo para lo lúdico. Diciembre es espiritual, a diferencia de otras fiestas mexicanas más exultantes.

Como son las de septiembre en las que se celebra que los criollos que vivían en la Nueva España, en 1810, quisieron ser libres y soberanos, crear un país para su propio control. Quisieron llamarse México, como sus ancestros prehispánicos. 

Por entonces México aún no era México. Lo fue hasta 1821. Y todo eso que se celebra en septiembre de gritos-estruendo, de fiesta, de baile, de serpentinas, de banderas tricolores, de gritos y música que quiere decir a todo el mundo que somos mexicanos, que “Como México no hay dos” y “¡Que viva México, cabrones!” y tal y cual. 

Pero diciembre también tiene lo suyo en política. Es el mes en el que se recapitula lo ocurrido durante todo el año. Y el año que pasamos, este 2025 no fue el mejor de los años que hemos vivido. Fue un año difícil para millones de mexicanos porque hemos estado sometidos a la prueba de la inseguridad, del terror, de la violencia, del abuso y la corrupción políticas. 

Los homicidios dolosos ocurren cada vez más día a día este año. Aunque las cifras oficiales digan lo contrario, las noticias diarias demuestran ese terror y agravio cotidiano en gran parte del país. Lo mismo las desapariciones de seres humanos. Lo mismo la falta de medicamentos para los enfermos de toda naturaleza.

Las cifras de empleo se ven "disfrazadas" por la alta ocupación informal en México, ya que la mayoría de los empleos creados son precarios, sin seguridad social ni prestaciones, lo que maquilla la creación de empleo formal y revela un deterioro en la calidad del trabajo, con más de la mitad de la población ocupada en esta situación, afectando la productividad y el bienestar social.

En la política, los mexicanos hemos estado sometidos al manoseo de nuestra incipiente democracia, aún sin consolidar. Estamos sometidos a la confronta, a la polarización, a la mentira. Al engaño. Al silencio cómplice entre políticos. A la falta de rigor y de vocación e ideología de los partidos de oposición, tan débiles como una pompa de jabón. La falta de democracia está cobrando la vida de instituciones y factores de equilibrio… Y…

Y todo eso que se ha registrado durante todo el año. Un 2025 que nos regaló grandes enseñanzas. Nos regaló grandes esperanzas en que algún día nuestro país sea ese dechado de virtudes con que soñaron nuestros padres fundadores. Con que soñamos muchos. Será. 

Mientras tanto ‘aquí está aquí está, viendo pasar el tiempo’ diciembre y sus posadas. Y el abrazo fraterno de este su amigo que volverá, como las golondrinas, en enero, para platicar de lo que pasa y lo que ocurre’. ¡Feliz Navidad! ¡Próspero año 2026! ¡Abrazo completo para todos! 

Joel Hernández Santiago

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