Si. La política impacta en nuestras vidas, para bien o para mal. Los que hacen política deciden presente y futuro de nuestras vidas como gente de a pie y, por lo mismo, debieran ser suficientemente responsables de esa carga en sus espaldas: sin mentiras ni rencores.
De esa responsabilidad histórica que trasciende el momento para extenderse a generaciones futuras. Y todo eso que se dice de la política, ya dañina o benéfica; ya transparente o viciada; ya honorable o corrupta, depende; verdad o mentira, depende; ambición de servicio o de poder por el poder mismo, depende.
Pero nada, que al fin y al cabo la vida de millones de seres humanos no se agota en los dimes y diretes de la política nacional e internacional. La vida colectiva va más allá de la pelea entre grupos de poder y los de no poder; entre triunfadores y vencidos; entre la lucha diaria de políticos de todo color e intención para conseguir ser ese “alguien” en el mundo, aunque sea por un momento y para su honor o ignominia.
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Sí, hay otras formas de vida y de vivirla feliz… O más o menos feliz. Porque el desayuno cotidiano en México es la noticia que nos dice la enorme cantidad de homicidios dolosos, de crímenes en nombre de nada, de injusticias, de impunidad, de crisis económica disfrazada de bonanza, de corrupción política sin solución y todo eso que nos agobia día con día en el tiempo que nos toca vivir…
Pero a todo esto, hay alicientes. Hay solaz. Y esas actividades que los hombres han inventado para sentirse aparte, para sentirse triunfador y con ganas de medirse unos con otros en buena lid.
El deporte es uno de ellos. El deporte como actividad recreativa y de salud para darle sentido a la fortaleza y a la inteligencia, la destreza y la disciplina, la capacidad y el talento en deportes que exigen cada día más potencia y más enjundia y calidad.
Los deportes profesionales y comerciales son distractores, unos más, otros menos, pero son ese segmento de solaz por el que el ser humano, y sobre todo en nuestro tan agobiado México, se libera y toma respiro para seguir la friega diaria.
El Mundial de Futbol 2026 ya está a la vista. Apenas el 5 de diciembre pasado se llevó a cabo el sorteo de cómo sería el calendario de participaciones de un evento que comenzará el 11 de junio y tendrá su final el 19 de julio. Los clasificados conocieron a sus rivales y su camino en el torneo del futbol internacional.
Al sorteo de grupos asistieron como anfitriones los presidentes de los tres países en los que se llevará a cabo el evento: Claudia Sheinbaum por México; Donald J. Trump por Estados Unidos y Mark Carney, por Canadá. Un encuentro que tuvo más un sentido político que deportivo. Más en tono de ¿qué cara pondría cada uno? y más por ver con qué saldría Trump esta vez, tan dado a la confronta y a la amenaza.
En México la presidencia expresaba con algarabía la ida de la presidente mexicana a Washington para el sorteo, pero sobre todo por este primer cara a cara de los presidentes de México y EU.
No pasó nada. Simple y sencillamente la estrella fue Trump –así lo quiso la FIFA- y durante media hora del encuentro de tres en privado se habló de “asuntos comerciales”, aunque el tono político lo dio la presidente Sheinbaum con aquello de que "México sigue haciendo historia en el mundo” y “Nadie podrá con nosotros”…
Por cierto, en un acto de desmesura por parte de los directivos de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) le fue entregada una presea “de la paz” al presidente estadounidense “por su lucha en favor de la paz mundial”, según dijo Gianni Infantino quien al mismo tiempo lamentó que Trump no ganara el Nobel “por sus esfuerzos por la paz”. Y le entregó la presea en los días que el gobierno de Trump bombardeaba barcas y mataba gente en el mar Caribe.
Así que el 11 de junio de 2026 será la inauguración del Mundial de Futbol 2026 en el Estadio Azteca de México con un juego entre la selección mexicana y la de Sudáfrica. Y se dice que esta edición del Mundial será la primera con la participación de 48 equipos, contará con 12 grupos de 4 equipos. Los primeros dos avanzarán a los “16avos” de final, junto a los 8 mejores terceros (¡sic!).
Durante un tiempo, previo a este 5 de diciembre, el presidente Trump envió dardos envenenados, objetando que México participe como sede organizadora del Mundial. Su argumento de fondo es lo que llama “la inseguridad prevalente en México” y el riesgo para jugadores y equipos participantes.
Sin embargo en México todo seguía adelante. Por estos días transitar el sur de la ciudad de México es infernal por las obras alrededor del Estadio Azteca.
Mientras tanto el gobierno de la República como los estados sede como Jalisco, Nuevo León y la Ciudad de México están preparándose para recibir a las multitudes que habrán de celebrar un momento de algarabía y de emoción, de triunfo o fracaso.
Y cada uno de esos políticos participantes llevará agua a su molino electoral. Aprovecharán la oportunidad para mostrar músculo y demostrar a los electores su capacidad de organización y capacidad política. Nuevo León y Jalisco gobernados por gente de Movimiento Ciudadano; la presidencia del país y el gobierno de la Ciudad de México de Morena.
Paso a paso, de ahora en adelante, iremos viendo cómo cada uno de los dirigentes sorbe el triunfo de sus partidos y muestra capacidades superlativas. De aquí y hasta julio del año próximo habrá dos eventos en pugna: el Mundial de Futbol que concluye en julio de 2026 y las elecciones intermedias que se prolongarán hasta junio de 2027. (“¿Y la oposición…?”).
De ahora en adelante estos participantes políticos no darán paso sin huarache para llevar agua a su molino electoral: para tirar a gol, para meter el pie al contrincante, para cometer infracciones de juego que no serán sancionadas y para anotarse triunfos con “una pequeña ayuda de sus amigos”.
