DESAPARICIÓN DE PERSONAS

Historias de desaparición

A propósito del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, resulta muy enriquecedor ver cada uno de los filmes de la serie “Hasta encontrarnos. Historias de desaparición y tortura”. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

La serie “Hasta encontrarnos. Historias de desaparición y tortura” abre con el testimonio del periodista Oscar Balderas, quien narra cómo a mediados de la primera década de este siglo no se tenía una noción exacta de lo que estaba pasando  en el país en cuanto a la violencia en escala creciente y la crisis derivada de la misma. Así como de un fenómeno en particular, la desaparición de personas, a las cuales, erróneamente se les denominaba como extraviadas o no localizadas, cuando detrás de su desaparición se conglomeran muchos vicios, entre ellos, el involucramiento de las autoridades o de grupos del crimen organizado, o ambos, en los sucesos.  

Los hechos conllevan a una respuesta por parte de la sociedad, en específico, de las familias, quienes ante la inactividad de los gobiernos, deciden no perder el tiempo y empezar a realizar su propia búsqueda con los medios a su alcance y el respaldo de personas cercanas. 

Miguel León narra que su primer caso estudiado como periodista fue el de depósito de más de 30 cadáveres en el puente de los voladores de Papantla en Boca del Río, Veracruz, y cerca del puerto homónimo. Su pregunta fue quiénes eran esas víctimas. Algunas de ellas eran parte de esas pandillas surgidas en los barrios entre adolescentes para pasar las tardes y las noches, pero, que al paso del tiempo, fueron cooptadas por grupos dedicados a diversos ilícitos. 

El resultado era producto de un entorno hostil, caldo de cultivo para reclutar jóvenes dispuestos a cometer esas ilegalidades a cambio de ingresos mayores a lo que les ofrecían en otros empleos. Sin embargo, el precio pagado por sus acciones fue mayor al que esperaban o imaginaban, pues un día desaparecieron y jamás se volvió a saber de ellos. Entre tanto, sus familiares sufren constantemente acoso por parte de ciertos grupos si intentan saber algo del paradero de sus jóvenes. 

En medio de estos casos, no sólo encuentran estos integrantes de colectivos pandilleriles sino también personas ajenas a la situación pero que resultaron víctimas colaterales de la misma a pesar de su inocencia.    

En Jalisco, Rosa María Jara Montes comparte que, por cinco años, no tuvieron conocimiento del paradero de uno sus hijos hasta que fue encontrado en una fosa clandestina. La experiencia le resultó compleja porque sumado a su dolor por la situación, se percató de que quienes  buscan a sus familiares también se encuentran en peligro debido a que muchas veces las autoridades están coludidas con quienes les desaparecieron. 

De ahí, comparte, la relevancia de la existencia de los colectivos de búsqueda, en los cuales, además de acompañar en las labores propias, también llevan a cabo tareas de  sanación emocional y les sirven para seguir hablando del tema, pues con otras personas no se puede charlar mucho al respecto, y es algo necesario, pues si no sienten que olvidan a sus familiares.

Parte de esos ejercicios son la redacción de cartas a quienes están en situación de desaparición, para contarles lo que ha ocurrido desde el momento en que dejaron de verles así como externarles su sentir ante la situación y hacia ellos al paso del tiempo. 

En Sonora, un grupo de madres y familiares se congregan a celebrar los cumpleaños de quienes han sido desaparecidos. Se han convertido en especialistas en la exploración del Desierto de Sonora, una actividad terapéutica ya que al  salir a buscarles a los campos, sienten que hacen algo por ellas y ellos y mantienen la esperanza de hallarles.

En algunos casos así ha sido, pero en otros no. Otros de los lugares donde buscan son los cementerios, en específico, en sus fosas comunes, por lo regular, escondidas para no ser halladas nunca. De ahí su exigencia para que estén marcadas y sean ubicables y poder buscar a sus seres queridos, además de lugares dignos de descanso para quienes no han sido localizados por sus familiares.  

Todas estas narrativas son parte de “Hasta encontrarnos. Historias de desaparición y tortura”, una serie de ocho cortos documentales impulsados por DocsMX, disponibles de forma gratuita en https://docs-enlinea.com/  y que a propósito del 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, resulta muy enriquecedor ver cada uno de estos filmes para comprender una problemática que ha afectado a más de 100 mil personas en el país durante la última década y media.   

Leonardo Bastida

@leonardobastida