RELACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

Trump 2.0 y los retos para México

Ante las amenazas de Trump, México necesita una estrategia sólida que combine diplomacia, defensa de sus intereses económicos y cooperación en temas de migración y seguridad. | Laura Rojas

Escrito en OPINIÓN el

El segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos traerá nuevos retos y tensiones en la relación con México. De cumplir sus amenazas sobre aranceles, políticas migratorias y el combate al narcotráfico México enfrentaría serios problemas. Desde el anuncio de su intención de imponer un arancel del 25% a todos los productos provenientes de México y Canadá, Trump ha dejado claro que su próxima administración buscará redefinir los términos de la cooperación y el comercio con sus vecinos del sur. Estas medidas, justificadas por el republicano como necesarias para detener la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, amenazan con afectar los cimientos de la relación bilateral construidos en las útimas décadas.

En el ámbito migratorio, Trump ha reiterado su intención de implementar políticas radicales desde el primer día de su mandato. El 8 de diciembre, durante una entrevista con NBC News, afirmó que deportará a todos los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos y pondrá fin a la ciudadanía por nacimiento. Su equipo ha sugerido la deportación de hasta un millón de personas por año, lo que totalizaría alrededor de cuatro millones durante su mandato. Asimismo, prometió declarar la inmigración ilegal como una emergencia nacional, lo que le permitiría el uso de fondos extraordinarios y medidas extremas. En paralelo, ha anunciado que combatirá a los cárteles de la droga utilizando estrategias que incluyen la designación de estos grupos como organizaciones terroristas extranjeras, una postura que podría abrir la puerta a operaciones militares en territorio mexicano.

Para implementar estas políticas, Trump ha nombrado a figuras con perfiles duros y profundamente alineados con su agenda nacionalista. Entre ellos destaca Stephen Miller, arquitecto de sus políticas migratorias durante su primer mandato, quien ahora liderará el equipo encargado de reformar las leyes de inmigración. Miller es conocido por sus posturas antiinmigrantes y su enfoque en la reducción drástica de la migración, lo que anticipa una aplicación estricta de las medidas anunciadas. Por otro lado, ha designado a Robert Lighthizer como su principal negociador comercial, un veterano del comercio internacional que lideró la renegociación del TMEC en 2018. Lighthizer, quien ha defendido una política proteccionista, es visto como el principal artífice de las próximas tensiones en las conversaciones comerciales con México.

En México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido con firmeza. En una conferencia de prensa el 26 de noviembre, Sheinbaum calificó los aranceles anunciados como un retroceso para la integración económica de América del Norte y afirmó que su gobierno buscará defender los intereses de México en todos los foros internacionales disponibles. Sobre las políticas migratorias, señaló que México no aceptará ser el "tercer país seguro" ni permitirá que las decisiones de Estados Unidos violen los derechos humanos de los migrantes. En relación con el combate a los cárteles, Sheinbaum subrayó la soberanía de México y expresó su rechazo a cualquier intervención extranjera, asegurando que su gobierno reforzará las capacidades de las fuerzas de seguridad mexicanas para enfrentar este desafío.

Si bien la relación bilateral enfrentará retos importantes, particularmente en la agenda de migración ya que México deberá gestionar un aumento importante en las deportaciones y, de concretarse, atender a miles de familias afectadas por el fin de la ciudadanía por nacimiento. En el aspecto comercial, la integración de las tres economías de América del Norte, hace inviable la permanencia de un arancel generalizado a todos los productos exportados por Canadá y México a Estados Unidos, ya que estos costos se trasladarían a los consumidores generando un costo político al propio Trump. Y en la agenda de seguridad y combate a los cárteles de la droga, es previsible una mayor y menor cooperación entre ambos países.

Frente a este panorama, México necesita una estrategia sólida que combine diplomacia, defensa de sus intereses económicos y cooperación en temas de migración y seguridad. La clave estará en mantener una postura firme, pero evitando una escalada de tensiones que pueda dañar que lleve a una confrontación con el principal socio comercial de México.

Laura Rojas

@Laura_Rojas_